Malas noticias para el nacionalismo en España. Y para Zapatero.
El Partido Popular ha obtenido la mayoría absoluta con un escaño de sobra en Galicia, donde la crisis, la demencial política lingüística y los casos de despilfarro han pasado factura al PSOE. Primer vencedor de la jornada: Alberto Núñez Feijoo, que recupera el sillón perdido por Fraga hace cuatro años.
En el País Vasco, los partidos nacionales han obtenido también la mayoría absoluta. Segundo vencedor de la jornada: Pachi López, que logra una espectacular subida, al pasar de 18 a 24 escaños.
Tercer vencedor de la jornada: Rosa Díez, que ha conseguido un honroso cuarto puesto en Galicia sin que ello impidiera al PP obtener la mayoría absoluta, y que ha logrado entrar en el Parlamento Vasco al apuntarse un escaño por Álava. Las palabras de Mikel Buesa en LDTV afirmando que lo primero que exigirán a Pachi López es que solicite la disolución de los ayuntamientos de ANV auguran que la presencia de UPD en el Parlamento Vasco resultará enormemente beneficiosa.
Cuarto vencedor de la jornada: Mariano Rajoy, al que la victoria en Galicia apuntala en su cargo, a pesar de la bajada del PP en el País Vasco, compensada por la obtención de la mayoría constitucionalista.
Y vamos con el elenco de perdedores.
En primer lugar, Ibarreche, el PNV y sus compañeros de viaje, que ven por primera vez cómo los nacionalistas quedan en minoría en el Parlamento Vasco. La sociedad vasca está harta y ese hartazgo se ha reflejado en un descenso del apoyo a esa coalición que lleva ya demasiados años impulsando un proyecto totalitario de sociedad. El hecho de que la hermana de Miguel Angel Blanco entre en el parlamento coincidiendo con esa pérdida de la mayoría nacionalista no puede ser más simbólico.
En segundo lugar, Touriño y sus socios del BNG, que se ven desalojados después de sólo cuatro años. Cabe esperar que eso redunde en un frenazo radical del programa de imposición nacionalista.
En tercer lugar, Basagoiti, que ha empeorado los resultados obtenidos por María San Gil hace cuatro años, si bien su derrota queda amortiguada porque la espectacular subida del PSE le coloca en situación de entrar a formar parte del gobierno.
Pero el perdedor absoluto de la jornada se llama José Luis Rodríguez Zapatero. La derrota en Galicia debería encender todas las alarmas en el seno del PSOE, porque indica que la crisis ha empezado a pasar factura a un Zapatero que hasta ahora parecía sobrenadar por encima de todos los infortunios. Zapatero no ha dudado en implicarse personalmente en la recta final de la campaña gallega y ni siquiera su presencia ha evitado la derrota. Es la primera comunidad autónoma que el PSOE pierde en la etapa Zapatero.
La subida del PSE en el País Vasco y la posibilidad de que Pachi López sea presidente autonómico deberían poder compensar la pérdida del poder en Galicia, pero el hecho de que pueda conformarse una mayoría constitucionalista en el País Vasco, lejos de constituir una buena noticia para Zapatero, lo que hace es colocarle frente a sus contradicciones más fundamentales: ya no tiene ninguna excusa para no desalojar a los nacionalistas de las instituciones vascas, con lo cual un eventual pacto del PSE con el PNV tendría muy difícil venta en el resto de España.
Sólo por ver cómo Zapatero se enfrenta a esa contradicción, ya hubiera merecido la pena la jornada de hoy. Las acciones de Zapatero han empezado a cotizar a la baja. Su crédito se ha terminado.