Soneto a un gatillazo sindical
En vista del clamoroso fracaso de la "marea sindical" de hoy, les he compuesto un soneto a Toxo y a Méndez, para alegrarles un poquillo el día. Que me perdone el maestro Fray Josepho por la pobre calidad de los versos, pero no me he podido resistir.
SONETO A UN GATILLAZO SINDICAL
¡Os vamos a llenar vuestras ciudades
de gente con banderas sindicales!
¡Que escuche todo el mundo las verdades!
¡Abajo los gobiernos liberales!
¡Os vamos a crujir, capitalistas!
¡Vamos a preparar revoluciones
fingiendo defender al mileurista
mientras nos embolsamos subvenciones!
¡El puño sindical quedará expuesto,
y vamos a gritar con voz tonante
que queremos vivir de los impuestos
y que ya se ha acabado nuestro aguante!
(Haremos todo eso, por supuesto,
si encontramos algún manifestante)
Creo que Fray Josepho le pondrá tareas a Vd., don Luis, en esto de la lírica y la épica; pero por un momento imagínese que estos dos bípedos se hubieran dedicado al cine bodrio, con nuestros impuestos, claro, y las salas del cine llenas de aire, solamente aire.
Intruso, entrometido, zurupeto, furtivo, subrepticio y clandestino, nos quiere hacer creer don Luis del Pino que en España cualquiera hace un soneto. El tío va y, por todo su careto (que es careto de árabe o beduino), se ofrece de satírico interino, pues se ve que no puede estarse quieto. Se pasó de ingeniero a periodista, y a poco que la gente se despista... se nos pasa a poeta, y sigue el baile. Así que voy a hacerle una advertencia: si vuelve a repetirse la injerencia, se las tendrá que ver con este fraile. Fray Josepho
Faltaba por llegar don Luis del Pino al mundo del versículo satírico. Nos ha sentado igual que un brote vírico, al fraile y al poeta vizcaíno. Habrá que resignarse... ¡Es nuestro sino! Habrá que decantarse por lo lírico. Habrá, quizá, que hacer un panegírico al Pazo de Moncloa y su inquilino... Nos queda recurrir al peloteo, al tópico servil y maniqueo, que, en eso, Luis del Pino sí flaquea. Habrá que renunciar a toda crítica, y el arte de la sátira política dejárselo al del Pino, que nos mea.