¡Zaplana, estás perdido! El oráculo Zarzalejos ha hablado, rompiendo su majestuoso, su inveterado, su ancestral silencio. Aquellos elegidos que pudieron asistir a los momentos previos le vieron contemplando su bola de cristal hecha de componentes genéricos de todos los cristales. Le vieron consultando el futuro en los posos de té verde encontrados entre los escombros de Leganés. Le vieron fruncir el entrecejo mientras confirmaba los datos en el tablero Kounjaa... perdón, en el tablero Ouija. Le vieron reflexionando, suspirando, rascándose las meninges. Le vieron, finalmente, tomando un mazo de cartas de despedida de suicidas y disponiéndolas con cuidado en la mesa, tratando de verificar aquella terrible revelación. Finalmente, esbozando sin esfuerzo un gesto grave, el oráculo pronunció su sentencia: "¡El 11-M terminará por enterrar a Zaplana!".
¡No tienes nada que hacer, Eduardo! Recoge tus bártulos del Congreso y sácalos por una ventana aprovechando la oscuridad de la noche, como hicieron con el sillón de ZP. Que nadie vea tu vergüenza ni ose espiar en tu gesto amargo los tumultuosos pensamientos que cruzan tu mente al recordar esos buenos amigos a los que ya no has de ver: Alfredo, tan sincero; Pepiño, toda una eminencia; Montilla, tan austero; Trujillo, un crack inmobiliario en sí misma, ...
No mires atrás, Eduardo. No merece la pena llorar por la leche derramada. Porque, si lloras por haber perdido el futuro político, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas mediáticas. Si no te resistes a tu suerte, quizá el Oráculo interceda por ti y te concedan participar en "Mira quien baila". Elegiste investigar el 11-M y debes ahora pagar por ser tan terco. Lo sabías cuando empezaste; no te quejes ahora de que no te lo advertimos.
Creíste que podías desafiar a los dioses y volar hacia el cielo de la verdad, y ahora los dioses han derretido tus alas de cera de depilar suicidas de la Ser. Pensaste que podrías descorrer los velos que oscurecen los hechos y, al hacerlo, encontraste la verdad oculta por tres mudas de ropa interior indestructible. Trataste de adentrarte en el sendero de la conspiración y tu suerte política ha sido abatida por un mimo con cara de Ben Laden que enarbola un subfusil que ni hace ruido, ni suelta vainas de cartucho. Y ya no te quedan más oportunidades. El juego ha terminado y la pantalla del móvil sólo muestra Game over.
Porque lo ha dicho el Oráculo, ése que predijo que el ABC batiría récords de ventas. El mismo que tan exitosamente trata de promocionar a un alcalde a quien sus propios afiliados vapulean en las elecciones internas. El que auguró los enormes problemas a los que la Conferencia Episcopal debería hacer frente porque su emisora gane cada vez más dinero, influencia y oyentes. El Oráculo Zarzalejos.
Tú verás lo que haces, Eduardo, pero yo que tú me rendía: Zarzalejos te tiene rodeado.