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Los enigmas del 11M

No me gustan los lunes

El lunes 29 de enero de 1979, una chica de 16 años, Brenda Ann Spencer, abrió fuego desde su casa contra los niños que acudían a la escuela elemental Cleveland, de San Diego (EE.UU.), situada enfrente de su domicilio. Utilizó para ello un rifle que su padre le acababa de regalar.

El episodio de San Diego es uno de los primeros tiroteos contra escuelas en Estados Unidos de los que tengamos noticia. Es veinte años anterior, por ejemplo, a la famosa masacre de la escuela secundaria de Columbine, que dio origen a la película "Bowling for Columbine", de Michael Moore.

Brenda Ann Spencer hirió con sus disparos a 8 alumnos y a un policía, y mató a dos empleados de la escuela, Burton Wragg y Mike Suchar, que murieron al ser tiroteados cuando intentaban salvar a los niños, apartándolos de la línea de fuego.

Los agentes rodearon la casa y tardaron seis horas en hacer salir a Brenda. Cuando el negociador de la Policía preguntó a la chica, que permanecía atrincherada en el interior de su domicilio, por qué había hecho aquella barbaridad, su respuesta fue: "No me gustan los lunes. Esto hace que el día sea más interesante".

La colosal irracionalidad de la explicación inspiró a Bob Geldorf, vocalista del grupo Boomtown Rats, la composición de un tema musical que casi todo el mundo habrá escuchado alguna vez:

I don't like Mondays

Cualquier persona a la que preguntemos se mostraría de acuerdo con Bob Geldorf en lo irracional del episodio: ¿cómo puede alguien tirotear a 11 personas simplemente porque no le gustan los lunes? Pero no deja de ser curiosa nuestra propia actitud: lo que nos asombra en el caso de Brenda Ann Spencer no es que alguien sea capaz de disparar a 11 personas, sino el motivo aducido para hacerlo. Lo que quiere decir que, si alguien tirotea a 11 personas por dinero, por celos o en nombre de una ideología, eso no nos parece "irracional". Nos puede parecer horroroso, deleznable, merecedor de castigo... pero somos capaces de "entender" por qué esa persona ha actuado así. Y, curiosamente, nos sentimos menos desasosegados cuando somos capaces de identificar las motivaciones. Nos horroriza más el no comprender el por qué de un asesinato que el asesinato en sí.

En realidad, ninguno nos creemos realmente que Brenda la emprendiera a tiros porque no le gustaban los lunes. Es muy posible que diera esa explicación como podría haber dicho que no le gustaban los días nublados, o que alguien la miró mal aquella mañana. Lo más terrible del caso es que probablemente Brenda no tuviera motivo ninguno, ni siquiera irracional, para ponerse a probar el rifle que le habían regalado. Fueron muertes completamente gratuitas, incluso contempladas desde la irracionalidad. Brenda fue, para las personas tiroteadas, un desastre tan aleatorio como un terremoto o cualquier otra catástrofe natural que se hubiera abatido sobre aquella escuela elemental.

Y, ya puestos a analizar la racionalidad o irracionalidad de las actitudes, podríamos preguntarnos qué hay de racional en el comportamiento de aquellos dos empleados de la escuela, Burton Wragg y Mike Suchar, que murieron al intentar salvar a los alumnos de las balas disparadas por Brenda. ¿Acaso es "racional" que alguien muera mientras intenta salvar de la muerte a unos niños que ni siquiera son suyos? ¿Qué tiene de "racional" el heroísmo? Probablemente, si Burton y Mike hubieran tenido tiempo de pensar, de "racionalizar" lo que sucedía, habrían llegado a la conclusión de que no tenían ninguna gana de arriesgar su vida. Pero, enfrentados a la situación, murieron como héroes por salvar a otros, simplemente porque era su deber proteger la vida de aquellos alumnos.

¿Por qué hay personas capaces de matar sin motivo alguno? ¿Por qué hay personas capaces de arriesgar su vida por salvar a otros?

En realidad, no puedo evitar pensar que estas dos preguntas son incorrectas. Porque lo que más me llama la atención del episodio de Brenda es, precisamente, que podía no haber existido nunca. Brenda podía haberse levantado aquella mañana y haber visto algo a través de la ventana que la pusiera de un humor distinto al que tenía cuando comenzó a disparar su rifle. ¿Hubiera llegado a ser una asesina Brenda más adelante, de no haberse decidido a usar su rifle aquella mañana? En caso negativo, ¿hubiera sido Brenda capaz de morir, años más tarde, intentando salvar la vida de alguien?

No creo que existan personas incondicionalmente malas o incondicionalmente buenas. Creo que casi todo el mundo tiene en su interior la semilla tanto de lo más heroico como de lo más atroz. Y me asusta pensar hasta qué punto depende nuestra vida de que sucesos aleatorios hagan emerger una u otra faceta de nuestra personalidad en un momento determinado, marcando a partir de aquel punto toda nuestra existencia.

Brenda "eligió" ser una asesina aquel 29 de enero de 1979. Pero podía haber elegido otra cosa. Porque ninguno "somos" de una determinada forma, sino que nos vamos eligiendo a nosotros mismos cada vez que tomamos una decisión, por pequeña que sea. Y es esa responsabilidad lo que a veces nos da miedo.

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