Realmente, me sigue sorprendiendo comprobar, una y otra vez, que nuestros representantes políticos viven en un mundo completamente al margen de la realidad. Ellos continúan a lo suyo, recurriendo a las mismas jugadas gastadas de siempre, sin enterarse de que la sociedad española ha perdido su inocencia en estos últimos cuatro años.
Digo eso a cuenta de la patética bufonada del "Muera el Borbón" con que un representante de ERC se ha descolgado este fin de semana.
¿Cómo es posible que sigan con lo mismo? ¿De verdad no se han dado cuenta de que las cosas han cambiado? ¿De verdad se piensan, a estas alturas, que esos exabruptos casposos nos importan un comino? ¡Llevamos treinta años con la misma cantinela, hombre! Y la verdad es que ya cansa un poco ver siempre repetida la misma función
Cada vez que la izquierda o los nacionalistas quieren apretar un poco más el acelerador, en su calendario de ingeniería social o en su calendario de destrucción de la Nación, le atizan un poco a la Monarquía, para que los que formamos la base social de la derecha saltemos a defenderla y, a cambio de respetar a esa Monarquía, traguemos con cualquier cosa que nos quieran colar, desde leyes de eutanasia, a estatutos que niegan a los españoles los derechos constitucionales más básicos.
Es como una especie de reflejo condicionado que ha estado funcionando durante tres décadas: ellos amenazaban con acabar con la Monarquía y así nosotros nos veíamos forzados a hacerles concesiones, a cambio de que esa Monarquía no fuera cuestionada.
Lo que me sorprende es que Tardá y el resto de majaderos no se hayan dado cuenta todavía de que las bases de la derecha nos hemos hartado ya de jugar ese papel de perro de Pavlov. El reflejo condicionado ha dejado de funcionar. Concretamente, dejó de funcionar un 11 de marzo.
¿Quieren ustedes quitar la Monarquía? ¡Pues adelante con los faroles, valientes! ¡A ver si tienen ustedes narices de proponer una reforma constitucional en sentido republicano!
Porque, en este país, quien más necesita a la Corona, quien más la ha necesitado siempre, son precisamente ustedes, los nacionalistas. Porque la única manera que tienen de imponernos a los españoles un modelo confederal es, precisamente, recurriendo a la Corona como coartada durante el proceso de transición hacia ese modelo.
Son ustedes, no nosotros, los que necesitan a la Monarquía desesperadamente. Sin la Corona, sería imposible hacer que los españoles tragaran ese proceso de confederalización que están intentando ustedes colarnos desde hace cuatro años, por la vía de los hechos consumados. Sin el Rey, no les quedaría a ustedes otra solución que ir a una secesión pura y dura, cosa que, evidentemente, no podrían conseguir.
En cambio, si la Corona sigue estando ahí durante el proceso de transición, siempre les quedará a ustedes un último argumento para contestar a quienes denunciamos que la Nación española se deshace: "¡España no se rompe porque se imponga un modelo confederal, hombre! ¡Qué cosas dicen estos agoreros! ¿Cómo va a romperse España? ¿No ven ustedes que la figura del Monarca sigue ahí, como sucede con la reina de Inglaterra en los países de la Commonwealth?".
La permanencia de la figura del Rey les permite a ustedes intentar vendernos la burra de que la Corona seguirá siendo el punto de unión de las distintas "naciones" ibéricas en que España se descomponga. Cosa que, por supuesto, sería también mentira. Una vez disuelta la Nación, el fin de la Monarquía sería sólo cuestión de dejar pasar el tiempo necesario para guardar las formas. Ustedes no quieren al Rey, ni desean la Monarquía, pero saben que esa Monarquía les es imprescindible durante el proceso de transición hacia un modelo confederal que les garantice la independencia, si no de iure, al menos de facto.
La Monarquía es su coartada última, caballeros, y somos perfectamente conscientes de ello. Así que ahórrennos espectáculos patéticos como la quema de fotografías del Rey o los gritos de "Muera el Borbón". Porque están ya muy vistos.
Resultan ustedes aburridos, de tan previsibles que son.