Ahora se entiende a qué venía la catarata de filtraciones que nos han endilgado en los últimos días: los defensores de la versión oficial tenían que aminorar el golpe ante la publicación del auto de Del Olmo. Porque la lectura del auto resulta escandalosa. Habrá tiempo de entrar en detalles, porque el auto confirma muchos de los elementos de análisis que los medios de comunicación independientes han ido poniendo sobre la mesa en los últimos meses. Por el momento, centrémonos en la lista de procesados, que en sí misma supone un varapalo terrible para la actuación de la Fiscalía y del Ministerio de Interior y, como consecuencia, para la propia versión oficial.
De las 116 personas detenidas en conexión con el 11-M, el juez Del Olmo sólo ha encontrado indicios para procesar a 29. En otras palabras: desde instancias dependientes del ministro Alonso se ha detenido a 87 personas para las que el juez no ha podido encontrar elemento incriminatorio ninguno. Algunos medios ya señalamos en su día que se estaba deteniendo a personas que nada tenían que ver con la masacre, con el fin de tratar de apuntalar la inexistente conexión islámica. Los hechos nos han dado la razón. Cada vez que el ministro Alonso salía a los medios a pregonar la última detención de pelanas magrebíes, indefectiblemente esos pelanas eran puestos en libertad a los pocos días por el juez. El auto viene a confirmar que eran detenciones meramente publicitarias. Detenciones, por cierto, que se acabaron en cuanto el gobierno dictó el cierre de la SCI (Supuesta Comisión de Investigación) del 11-M. En resumen: sólo se sentará en el banquillo uno de cada cuatro detenidos.
Pero es que la lista de procesados es más escandalosa aún. De los 29 procesados:
¡Tremendo atentado de Al Qaeda, con nueve españoles y once chorizos! Para colmo, al menos cinco de los procesados son confidentes policiales o de los servicios de inteligencia españoles y existen sospechas sobre la condición de confidente de al menos otros tres.
Por ultimo, en cuanto a la autoría material, resulta que sólo se imputan los 191 asesinatos del 11-M a tres personas: Zougham, Trashorras y Bouchar, de los cuales sólo uno (Zougham) colocó mochilas en los trenes (y ya sabemos que las declaraciones de los testigos que afirman que vieron a Zougham son para el museo de los despropósitos, por contradictorias). El único otro "colocador de mochilas" que tenía la versión oficial (Basel Ghalyoun) se ha caido de la lista de autores materiales (lo que no ha impedido que se le siguiera incluyendo en las filtraciones que hemos escuchado estos días).
En resumen: la versión oficial no es que se tambalee, sino que se esfuma a ojos vista. No es de extrañar que hayan tenido que recurrir a Rubalcaba. Los suplentes no van a poder remontar la goleada, así que hay que sacar al titular.
¡Para ir al servicio y no echar gota, que diría un finolis!