Moutaz Almallah ha salido de la cárcel tras abonar la fianza de 10.000 euros que le había impuesto el juez Velasco. Uno de los que fuera presentado por la Policía al juez Del Olmo como presunto cerebro de los atentados del 11-M queda, por tanto, libre a la espera de que se le juzgue por colaboración con banda armada, aunque no por su relación con el atentado de Madrid.
Pero no es la única noticia relacionada con el terrorismo islámico que hoy podemos leer en la prensa. En el periódico El Mundo aparece una sorprendente crónica, referida a un reportaje publicado por The Times. Según el diario inglés, que cita fuentes de Scotland Yard, son ya varios los casos en que se ha detectado pornografía infantil en ordenadores pertenecientes a presuntos fundamentalistas, por lo que la policía inglesa se pregunta si Al Qaida estaría usando ese tipo de imágenes para transmitir mensajes codificados. Personalmente, y dicho sea con todos los respetos, me parece una elucubración francamente absurda, por lo que luego diré.
La utilización de imágenes para transmitir mensajes ocultos es una variante moderna de las técnicas esteganográficas, utilizadas desde hace miles de años. La esteganografía es, en general, la técnica que consiste en transmitir un mensaje ocultándolo dentro de alguna otra cosa. Técnicas esteganográficas serían, por ejemplo, añadir a una carta normal un cierto mensaje secreto escrito con tinta invisible; o transmitir mensajes a otra persona ocultándolos entre los anuncios por palabras de un periódico.
Uno de los testimonios más antiguos que tenemos de utilización de técnicas esteganográficas se lo debemos a Herodoto: el historiador griego cuenta el episodio de un esclavo al que se le rapó la cabeza, se le tatuó en el cráneo un mensaje y luego se le volvió a dejar crecer el pelo, antes de enviarlo al encuentro del destinatario del mensaje.
Volviendo al tema de las imágenes, el procedimiento para ocultar información dentro una fotografía digital es muy sencillo. Como cada punto está representado por una serie de bits que nos dicen su color, podemos ocultar un mensaje sustituyendo los bits de menor peso de cada punto por los bits del mensaje que queramos transmitir. De ese modo, la imagen no se ve modificada perceptiblemente (porque lo que se han sustituido son los bits que menos contribuyen a definir el color de cada punto) y, sin embargo, el mensaje que queremos transmitir estará ahí oculto y se transmitirá junto con la imagen. Se trata del mismo procedimiento que sirve para introducir "marcas de agua" en las imágenes de cara a proteger el copyright.
En consecuencia, no resulta imposible que los terroristas islámicos (como cualquier otra organización criminal o cualquier servicio de inteligencia) puedan recurrir a ese tipo de técnicas para transmitir sus mensajes. Pero, puestos a transmitir mensajes codificados dentro de imágenes, ¿para qué demonios iban los terroristas islámicos a elegir imágenes de pornografía infantil, a sabiendas de que todas las policías del mundo invierten numerosos recursos en perseguir a quienes transmiten o almacenan esas imágenes?
Puestos a ocultar mensajes en fotografías, lo normal sería, digo yo, elegir imágenes inocuas, como por ejemplo las de un club de aficionados a fotografiar las puestas de sol. Pero no unas imágenes que están sometidas a continuo escrutinio policial.
Aunque vaya a usted a saber, claro. Estos islamistas hacen cosas rarísimas. Como dejarse en las bombas que no estallan tarjetas telefónicas que permiten localizarles rápidamente. O ir a denunciar ante la Guardia Civil que les han robado las cabras, mientras toda la policía española les está buscando. O contratar precisamente a confidentes policiales para que les ayuden a montar atentados. Así que lo mismo es verdad que se dedican a transmitir sus mensajes a través de Internet utilizando precisamente el tipo de imágenes que más vigilado está por la policía. ¡Qué sabrá uno de nada!