Este fin de semana conoceremos encuestas detalladas que nos indicarán la intención de voto en el ecuador de la campaña, incluyendo ya los efectos de los debates, de las primeras entrevistas, de los primeros mítines...

En realidad, estamos viviendo una campaña que todo el mundo da por amortizada, porque la mayoría absoluta del PP parece asegurada, como también lo parece el descalabro del PSOE. ¿Pero lo están realmente, la una y el otro?

El análisis provincia a provincia de las distintas encuestas publicadas y de las encuestas internas de los partidos arroja algunos resultados bastante claros. El Partido Socialista tiene en estos momentos asegurados, haga lo que haga, 104 escaños, mientras que el Partido Popular tiene asegurados 175. Matemáticamente, resulta casi imposible que ninguno de los dos baje de esas cifras, aunque los votos oscilen unos cuantos puntos arriba o abajo en cada circunscripción.

Hay 18 provincias donde PP y PSOE luchan por un diputado. Además, en dos provincias el PP disputa un escaño a otros partidos y el PSOE hace lo propio en otras cuatro. Eso nos proporcionaría unas horquillas de 104-126 diputados para el PSOE y 175-194 para el PP.

La mayor incertidumbre se viviría en las tres principales circunscripciones electorales (Madrid, Barcelona, Valencia), donde el juego de los restos puede mover varios escaños con facilidad; así como en Asturias, donde el clamoroso fallo de las predicciones demoscópicas en las últimas elecciones autonómicas arroja muchas dudas sobre cuáles vayan a ser los resultados finales de Foro, el partido de Álvarez Cascos. En conjunto, entre las cuatro provincias podría haber hasta 15 escaños en el aire, de los cuales, en condiciones normales, 5 irían a parar al PSOE y 5 al PP. En las tres mayores circunscripciones no se descarta que algún partido minoritario dé la sorpresa y se cuele en el Congreso.

Eso nos proporciona unas horquillas finales de 104-131 escaños para el PSOE y 175-199 para el PP. Por tanto, la respuesta a las preguntas iniciales es que el descalabro del PSOE y la mayoría absoluta del PP están asegurados, aunque también podemos ver que ese descalabro y esa mayoría absoluta tienen un límite inferior y superior, respectivamente: ni el PSOE puede llegar a bajar de los 100 escaños, ni el PP puede superar los 200.

Todo esto en condiciones normales, es decir, si descartamos la posibilidad de que estén fallando absolutamente todas las encuestas.

¿Es posible que se esté equivocando todo el mundo y que al final haya sorpresas? La respuesta es que resulta bastante poco probable que todos los estudios demoscópicos se equivoquen. Pero, sin embargo, no podemos descartar que se produzcan sorpresas derivadas de los acontecimientos en Europa. La crisis de la zona euro se está acelerando y en estos momentos es imposible saber qué va a pasar de aquí a una semana. En caso de que la turbulencia continúe, en caso de que nuestra deuda siga la senda de la italiana y se desboque al alza o en caso de que Europa tome algún tipo de medida drástica en los próximos días, no cabe descartar que se produzcan corrimientos de voto importantes que darían al traste con todas las predicciones demoscópicas.

Aunque está claro que, de producirse, esos movimientos del electorado a última hora jugarían en contra del Gobierno, reforzando la mayoría absoluta del PP y potenciando a los partidos minoritarios.

Al PSOE le espera un final de campaña de auténtico infarto, con un ojo puesto en las encuestas y otro en la Unión Europea.