He de confesar que uno de los episodios que más me llaman la atención de todo lo que sucedió el 11-M es el supuesto malentendido entre Santiago Cuadro, jefe de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, y Pedro Díaz-Pintado, subdirector general operativo.
Me refiero a cuando, según Díaz-Pintado, el comisario general de seguridad ciudadana le dijo por teléfono que se había encontrado "titadyn" en los focos de explosión, cosa que el subdirector general operativo transmitió inmediatamente a sus superiores. Santiago Cuadro negó posteriormente, en la Comisión de Investigación del 11-M, haber pronunciado la palabra "titadyn" y sostuvo que él sólo dijo "dinamita". Con lo cual, lo que más o menos se nos vino a decir a los españoles es que, en la confusión de aquellas horas, Díaz-Pintado o Cuadro (no sabemos cuál de los dos) asoció inconscientemente la palabra "titadyn" con la palabra "dinamita", debido a la experiencia previa de otros atentados de ETA.
Esa explicación, si uno se para a pensar en ella, resulta conveniente para todo el mundo: no era titadyn lo que apareció en los focos de los trenes, lo que valida la historia oficial de que en los trenes estalló Goma2-ECO, pero el gobierno del PP no mintió, porque hubo un malentendido perfectamente explicable. Con lo cual, todos contentos. El empate infinito y todas esas cosas tan "comme il faut".
En ese sentido, esa "teoría de la contaminación acústica" para explicar el malentendido entre Cuadro y Díaz-Pintado juega un papel similar al de la "teoría de la contaminación química" que sirvió para enmerdar toda la pericia de explosivos en el juicio del 11-M y transformarla en un nuevo ejemplo del empate infinito: aparecen en ciertas muestras componentes que no pertenecen a la Goma2-ECO, con lo cual se deja margen a los conspiranoicos para seguir sosteniendo la hipótesis del titadyn, pero resulta que casi todas las muestras (incluidas las que no se corresponden con ningún escenario de explosión) presentan esos mismos componentes, con lo cual los "oficialistas" pueden seguir sosteniendo que fue Goma2-ECO lo que se utilizó en las bombas y que la presencia de otros componentes es un "malentendido". Todos contentos de nuevo.
Lo que pasa es que hay un detalle referente a la conversación entre Cuadro y Díaz-Pintado que a mí me trae a mal traer. Porque entiendo que resulta posible que uno pueda pronunciar la palabra "titadyn" y el otro entender "dinamita". Pero lo que Díaz-Pintado transmitió a las personas presentes en aquella reunión del 11-M donde se terminó de convencer al gobierno del PP de que había sido ETA fue que se había encontrado "titadyn con cordón detonante".
¿Me puede alguien explicar a dónde se fue el cordón detonante en ese malentendido? ¿Cómo es posible que alguien pronuncie la palabra "dinamita" y el otro entienda "titadyn con cordón detonante"? Si hubiera sido un malentendido debido a la confusión entre las palabras "dinamita" y "titadyn", como nos dijeron, entonces tendríamos que concluir que el comisario general de seguridad ciudadana pronunció las palabras "dinamita con cordón detonante".
Pero el cordón detonante está hecho de un explosivo llamado PETN, que no aparece en ningún análisis de los que nos han mostrado, ni de los que se han realizado posteriormente. ¿De dónde se sacó entonces Santiago Cuadro lo del "cordón detonante"? ¿Se lo inventó? ¿O es que alguien le transmitió a él esas palabras? ¿Quién?
Analizando a toro pasado las declaraciones en la Comisión de Investigación del 11-M, queda claro que no se pretendía otra cosa, con aquel paripé, que confirmar la versión oficial de los atentados, pero dejando abiertas las puertas a las dudas sobre quién estaba detrás de la "mano de obra", para que nadie (ni PP, ni PSOE, ni las fuerzas de seguridad) saliera demasiado mal parado del proceso. Por eso aceptaron todos la chorrada del "yo dije dinamita, pero éste entendió titadyn", escamoteándonos a los españoles el cordón detonante en el proceso.
Aquella Comisión no fue otra cosa que un cierre de filas para apuntalar entre todos (y digo entre todos) la teoría del empate infinito que permitiera enterrar el 11-M con la máxima rapidez posible, recurriendo a la misma falsa disyuntiva (o ETA o Al Qaeda) en que nos encerraron desde la propia mañana del 11-M.
En ese sentido, la sentencia del juicio del 11-M fue el segundo intento por consolidar lo que la Comisión 11-M no consolidó: "si os portáis bien y aceptáis pulpo como animal de compañía, reconociendo que la versión oficial es correcta en líneas generales, a lo mejor algún día podríamos sacarnos de la manga unos autores intelectuales detrás de la mano de obra que os hemos presentado". La misma chorrada del principio, pero tres años después.
Con lo cual, lo que se ha conseguido en este tiempo es que al final terminemos sospechando de toda la clase política, sin excepciones, porque no acertamos a imaginar por qué narices todos se ponen de acuerdo en mantenernos en la inopia infinita del empate interminable, sosteniendo una versión oficial que no hay por dónde cogerla.
Cuando uno elige entre dos opciones, se decanta siempre por la menos mala. ¿Por qué entonces tanto PP como PSOE perciben como "menos mala" la opción de intentar seguir engañando a los españoles en lo que al 11-M respecta? ¿Qué puede haber en el 11-M que sea "malo" simultáneamente para ambos partidos (y que quede claro que hablo de partidos, porque personas individuales que sí quieren saber lo que pasó las hay en ambas formaciones políticas)? ¿Quién ha encerrado a ambos partidos en esa situación de "gran silencio", en la que no les queda otra opción que seguir adelante con los faroles?
La catarata de escándalos de corrupción de las últimas semanas, que afectan a todos los partidos políticos, parece sugerir que en este país hay mierda para dar y tomar, con lo cual no debe de resultar muy difícil garantizarse el silencio de buena parte de la clase política con respecto al 11-M (o con respecto a cualquier otro asunto).
Entonces, ¿es ese "gran silencio" simplemente una suma de pequeños silencios, como parece desprenderse de las palabras que pronunció Pizarro en La Mañana de la Cope: "mis compañeros no se atreven a preguntar por el 11-M, por si les sacan cualquier dossier"? ¿O hay alguna otra "gran razón", alguna razón de estado, que justifique el gran silencio?
Por último: independientemente de si ese gran silencio se ha obtenido mediante pequeños chantajes o mediante un único chantaje de tamaño colosal, ¿quién es el chantajista?
¿O en realidad no hay ningún chantajista y todos prefieren no remover el pozo, porque no tienen ni idea de lo que puede salir de él?