La cascada de revelaciones de El Mundo en las últimas fechas ha hecho que el sumario estalle. Hace pocos días conocíamos la noticia de que policías que prestaban sus servicios el 11-M en la comisaría de Puente de Vallecas pudieran estar implicados en una trama de tráfico de Goma2-ECO. A esto se suma ahora la denuncia presentada por el confidente Cartagena el viernes pasado ante la Audiencia Nacional.
Denuncia ese confidente cuatro hechos de extraordinaria gravedad:
Con ser graves estas revelaciones, lo más grave es que están sacadas de un documento presentado ante la Audiencia. No se trata de una mera exclusiva periodística, sino de una denuncia formal en la que el denunciante aparece con su nombre y apellidos. Y es una denuncia donde se están imputando graves delitos a funcionarios públicos, así que la Audiencia Nacional deberá tomar una decisión: si es cierto que hay funcionarios policiales que han tratado de obstruir la acción de la Justicia en el 11-M, deberán ser juzgados por ello; si no es cierto, estaríamos ante una denuncia falsa, que también es un delito. Lo que no cabe es la inacción ante una denuncia de tanta gravedad.
De todos los hechos denunciados por Cartagena, el más grave, sin duda alguna, es el relativo a la invitación para acudir al piso de Leganés a primera hora de la mañana del sábado 3 de abril. Porque eso querría decir que se confirma que los servicios del estado tenían localizado ese piso mucho antes de la hora en que nos habían dicho que se localizó. Teníamos ya muchos indicios que apuntaban a que ese piso era un piso marcado y la denuncia de Cartagena parece corroborar esos datos. El teatro de Leganés parece hoy un poco más tétrico que ayer.