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Los enigmas del 11M

El caso del Faisán (IV)

Si nos olvidamos de ETA, del bar Faisán y del chivatazo, y analizamos fríamente la carta del inspector jefe Carlos G., lo que en esa carta se está sosteniendo es que hay personas en la Policía que organizaron una "operación sucia" (el chivatazo) y que, al mismo tiempo, organizaron también una "maniobra de cobertura" (la llamada al comisario Risco, para tratar de colocarle a él el marrón).

Si pasamos de la anécdota a la categoría, la pregunta que cabría hacerse entonces es: si el inspector jefe Carlos G. dice la verdad, ¿ha habido más ocasiones en las que alguien, desde nuestros servicios de información, haya organizado otras "operaciones sucias", de cualquier naturaleza, y haya preparado las "coberturas" correspondientes, para tener a quién echarle la culpa en caso necesario? ¿Hasta qué punto es habitual ese tipo de proceder en nuestros servicios de información? ¿Y cómo de "sucias" pueden llegar a ser las operaciones?

Si me permiten que haga una pequeña digresión antes de retornar al asunto del chivatazo, el inspector jefe Carlos G. tiene también una curiosa participación en las investigaciones iniciales del 11-M.

Como recordarán los lectores, en la madrugada del 11-M se "encontró" la famosa mochila de Vallecas en una comisaría de policía. Esa falsa mochila-bomba contenía un teléfono y una tarjeta SIM. Al día siguiente, el 12 de marzo a las 16:45, el juez Del Olmo solicitó a las compañías telefónicas información sobre ese teléfono (con número de serie 350822350844612) y sobre esa tarjeta SIM (con número 652282963).

Sin embargo, una hora después, la Policía cambia de idea y solicita que se pidan los datos sobre otro teléfono (con número de serie 350822350941947) y otra tarjeta telefónica (con número 680713060). La explicación que se dio posteriormente es que el teléfono encontrado en la mochila de Vallecas tenía un número de serie grabado en la carcasa y otro número de serie distinto grabado en la memoria interna. Pero nadie ha sido capaz de explicar cómo sabía la Policía, antes de preguntar a las operadoras telefónicas, que la tarjeta SIM asociada a ese nuevo número de serie era la 680713060. ¡Misterios de la investigación policial!

La persona que firma ese segundo oficio policial pidiendo los datos del nuevo teléfono y la nueva tarjeta SIM es precisamente... el inspector jefe Carlos G. Sería interesante que nos explicara a todos cuál fue la secuencia de averiguaciones que llevó a la CGI a saber el número de una tarjeta SIM antes incluso de solicitar la información a Movistar.

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