Los datos de las encuestas elaboradas por el CIS en los últimos años se pueden plasmar en dos gráficas curiosas, de cara a analizar lo que puede suceder en el terreno electoral en los próximos meses.
La primera gráfica sería la de intención directa de voto de los dos principales partidos de ámbito nacional:
Como puede verse, durante la primera parte de la primera legislatura de Aznar, ambos partidos se encontraban en empate técnico. En la segunda parte de esa misma legislatura, el PP despegó de manera clara, aunque luego perdería esa ventaja durante la primera parte de la segunda legislatura. En la fase final de esa segunda legislatura, durante los dos años anteriores a 2004, se volvió a reproducir la situación de empate técnico.
Los atentados del 11-M marcaron una caída del PP y un notabilísimo ascenso del PSOE, que se vería parcialmente amortiguado a lo largo de los dos primeros años de legislatura de Zapatero. En la segunda parte de esa legislatura, la situación se estabilizó, con una clara ventaja para el PSOE.
Sin embargo, con el inicio de la segunda legislatura de Zapatero, marcada por la crisis económica, la intención directa de voto al PSOE entró en caída libre, habiéndose reducido desde entonces a la mitad. Por su parte, la intención directa de voto al PP se ha incrementado de manera perceptible.
Como puede verse, esa subida del PP es mucho más moderada que el descenso del PSOE. Además, el PP está aún muy lejos de las cotas que alcanzó Aznar en vísperas de su victoria por mayoría absoluta en el 2000. Todo ello indica que, aunque parece indiscutible que Rajoy vencerá con claridad en las próximas elecciones generales, esa victoria se produce fundamentalmente por desgaste del PSOE, sin que Rajoy se muestre capaz de atraer a la creciente masa de votantes desencantados.
En cualquier caso, la situación del PSOE comienza a ser auténticamente desesperada. De seguir a este ritmo de caída, la escabechina en las próximas elecciones municipales y autonómicas puede ser histórica.
La segunda gráfica interesante es la que se refiere a la autoubicación ideológica de los encuestados, a los que se les pide que se sitúen en una escala que va desde 1 (izquierda) a 10 (derecha). La gráfica muestra el valor medio de las sucesivas encuestas.
Como puede verse, la primera legislatura de Aznar marcó un proceso de "derechización" creciente de la opinión pública, proceso que, sin embargo, se invirtió durante la segunda legislatura.
De nuevo, los atentados del 11-M marcaron un punto de ruptura, con un brusco viraje "izquierdista" más que notable, que se vería parcialmente compensado en los dos años siguientes. Los dos últimos años de la primera legislatura de Zapatero mostraron una cierta estabilidad en la ubicación ideológica de la sociedad española.
A partir del inicio de la segunda legislatura de Zapatero, sin embargo, vuelve a ponerse en marcha el proceso de "derechización" ideológica, que aún sigue.
Ello confirma, por supuesto, que peligran - y mucho - las expectativas electorales del PSOE. Pero lo que llama la atención es, de nuevo, la disparidad entre ese proceso de cambio ideológico dentro de la sociedad y la curva de intención de voto del PP: si la sociedad se "derechiza" de forma tan acusada, la intención de voto del PP debería subir de manera mucho más clara (véase, por ejemplo, la subida en intención de voto durante el anterior proceso de "derechización", en la primera legislatura de Aznar).
Esto apuntaría a que el PP está perdiendo por su derecha a una parte significativa de su electorado potencial. De ahí que la "derechización" de la sociedad no se traduzca en una subida espectacular de la intención de voto del PP.
¿Qué tendría que hacer Rajoy? Pues lo gracioso es que no necesita, en principio, hacer nada de nada: si el PSOE sigue en caída libre, Rajoy puede permitirse el lujo de perder 2 millones de votos por su derecha y, a pesar de todo, ganar las elecciones por mayoría absoluta. Así que, ¿para qué molestarse?
El problema, claro está, es que a alguien le de por recoger esos votos huérfanos, como acaba de pasar en Asturias con Alvarez Cascos.
En cuanto al PSOE, ¿qué es lo que debería hacer? Pues, si quiere salvar los muebles, convocar elecciones generales cuanto antes. Cada mes que pase, su resultado será peor. A no ser, claro está, que prefieran seguir fiando el futuro del partido a una recuperación económica de última hora que cada vez parece más improbable.