UNA VISIÓN CRÍTICA SOBRE LA REPÚBLICA Y LA GUERRA CIVIL
Una Constitución democrática, pero no mucho
La República no tenía otra tarea, realmente, que la de establecer una Constitución que garantizase el libre juego de las fuerzas políticas y sus programas mediante las libertades, la separación de poderes y las elecciones. Tal venía a ser el proyecto de los derechistas Alcalá-Zamora y Maura, los auténticos organizadores del movimiento republicano; y en él coincidía básicamente Lerroux, el republicano más antiguo y con mayor fuerza electoral, un político moderado por la experiencia, después de haber despuntado a principios de siglo como un exaltado demagogo, furiosamente anticlerical e implicado en el terrorismo.