Los grandes de la copla se publicó por primera vez en 1993, pero ésta de 2010 es una edición corregida, aumentada y puesta al día. Román retrata en estas páginas a los grandes protagonistas del género, de Imperio Argentina a Isabel Pantoja pasando por todas las leyendas: Conchita Piquer, Antonio Molina, Lola Flores, Imperio de Triana o Rocío Jurado; pero igualmente repasa la trayectoria de intérpretes menores y dibuja el nexo entre la copla y otros ámbitos de la vida española.
Así, el lector verá la relación entre la copla y géneros como el flamenco, la rumba o la música sinfónica leyendo la biografía de Peret o sabiendo más cosas de Albéniz y Granados; entre la copla y la poesía reparando en autores como Lorca y Alberti; entre la copla y el séptimo arte estudiando las páginas dedicadas a los trabajos cinematográficos de varios intérpretes de la canción española. También entre la copla y los toros –Román es, igualmente, autor de un libro específico sobre el tema, titulado, precisamente, La copla y los toros– y entre la copla y la política: en este sentido, quizá lo más interesante sea anotar que tanto Franco como Negrín, los políticos de la dictadura y los exiliados republicanos disfrutaban por igual de la canción española, ya la cantara Celia Gámez o Miguel de Molina.
Román escribe como habla, lo cual, como sabe cualquier oyente de su programa Es Copla, es un elogio. El lector puede disfrutar de su estilo directo, claro y castizo, que recuerda al de escritores como Díaz Cañabate, como el oyente de su particular prosodia. Con esos mimbres, la narración está dotada de una agilidad que invita a no dejar la lectura ni un momento, por lo que las casi 500 páginas no se le harán pesadas al lector: todo lo contrario.
Dividido en 12 capítulos cronológicamente ordenados, esta obra hace un estudio de la copla a través, como decimos, de sus protagonistas. Y aunque Román no es enemigo de tratar las controversias y rencillas entre artistas, es encomiable su alergia al amarillismo y su manejo respetuoso de algunos conflictos sonados.
Lógicamente, son los capítulos iniciales y centrales los más luminosos; la circunstancia de los últimos es bien diferente, pues en ellos se aborda la decadencia del género.
Tres cuartos de siglo cumplirá pronto la copla. No hemos de quejarnos si hoy suena, a veces, con otros ecos diferentes a los de su nacencia. La vida sigue y hay que condescender a veces con los nuevo tiempos. Lo importante es que no se apague nunca la llama de este género tan español como popular.
Los grandes de la copla se completa con una selección discográfica y una bibliografía básica, aunque se echa de menos, y mucho, un índice onomástico. Pensamos que es éste el requisito que le falta para ser un libro definitivo, aunque confiamos en que una nueva reedición subsane tal carencia. De lo que no cabe duda es de que este trabajo contribuirá de forma decisiva a mantener viva esa llama a la que hace referencia Román en el párrafo de arriba.
MANUEL ROMÁN: LOS GRANDES DE LA COPLA. Alianza (Madrid), 2010, 496 páginas.