Arquitecto de la revolución bolchevique, constructor del Ejército Rojo, agente subversivo junto a Vladímir Lenin y profeta trágico exiliado por Iósif Stalin, polemista encendido, viajante global errante, escritor apasionado, idealista y amante, luchador infatigable, víctima de la intriga y del asesinato... Mucho en él ha concitado la atención de legiones de seguidores, contrincantes, observadores, historiadores y narradores.
Marcos Aguinis ha dedicado su más reciente novela a este personaje; nos ha legado un retrato atrapante de los primeros años, la juventud y la temprana madurez de Liova –tal era su apodo infantil–. A lo largo más de cuatrocientas páginas, Aguinis nos invita a conocer al niño curioso, al adolescente inquieto, al joven idealista, y nos introduce –como solamente un gran novelista puede– en los sentimientos, las disquisiciones, las aspiraciones y las contradicciones de este Trotsky en construcción. Así, seremos testigos de sus odiseas, padeceremos sus temores, nos embriagaremos con sus ilusiones y –si nos dejamos llevar por la pluma maestra del narrador– incluso simpatizaremos con quien ejercerá, más adelante, una influencia decisiva en el devenir, extraordinario y dramático, del siglo XX.
Las consecuencias históricas de las ideas y las ambiciones de Trotsky, así como el cumplimiento de su trágico destino –un comunista español al servicio del NKVD lo mató clavándole un piolet en la cabeza–, quedarán para un futuro libro. En estas páginas hallaremos al revolucionario naciente, sus viajes y peripecias, sus encuentros con otras personalidades de la época –desde Rosa Luxemburgo a Máximo Gorki–; y hasta la revelación por qué cambió su nombre, Lev Davidovich Bronstein, por el que le hizo célebre: León Trotsky.
Esto es una novela, así que estamos hablando de una obra de ficción. Pero una ficción sustentada en el rigor histórico que caracteriza los textos de Aguinis. Aguinis conoce la historia posterior al momento en que su relato se detiene, y precisamente ese conocimiento le permite condimentar la narración con pizcas de sabiduría retrospectiva y reflexión intelectual. En las páginas finales hace decir a Trotsky: "La revolución es grande, pero no ha terminado con los imbéciles". El libro está por finalizar, y con él, el sueño cumplido del personaje central. La pesadilla que se sucederá queda insinuada y el lector, en complicidad con el autor, sabe como terminará.
En Liova corre hacia el poder, Aguinis logra un relato estimulante e instructivo, dotado de un equilibrio preciso entre la erudición que caracteriza a sus ensayos políticos con la seducción narrativa tan típica de sus novelas. Liova corre hacia el poder se suma así a una bibliografía fecunda que ya hace tiempo consagró a Aguinis en el panorama de las Letras latinoamericanas.
MARCOS AGUNIS: LIOVA CORRE HACIA EL PODER. Sudamericana (Buenos Aires), 2011, 414 páginas.