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LIBERALISMO

La teoría de la economía

La crítica más común a la economía apunta a su carácter deshumanizado y alienante. Pero este punto de vista olvida la importancia que tiene la cooperación entre las personas y la división del trabajo en la consecución del progreso social.

La crítica más común a la economía apunta a su carácter deshumanizado y alienante. Pero este punto de vista olvida la importancia que tiene la cooperación entre las personas y la división del trabajo en la consecución del progreso social.
A juicio de Wilhelm Röpke (1899-1966), autor del libro que reseñamos esta semana: La teoría de la economía, el capitalismo se basa en "relaciones contractuales de millones de economías aisladas en complicada interrelación pero que gracias al mecanismo del mercado se conjugan en un todo ordenado". El capitalismo es –agrega– una "combinación de libertad y orden que probablemente constituye la máxima medida de lo que a la vez puede conseguirse de ambas". La economía está al servicio del hombre, porque los bienes materiales que proporciona no son más que meros medios para la consecución de los fines de éste; o mejor dicho, del fin de éste, la vida "plena, llena de sentido y adecuada a la naturaleza humana".
 
Röpke era consciente de los obstáculos que ha de superar el hombre para alcanzar la felicidad. Como buen liberal-conservador que era, le preocupaban especialmente la proletarización de los trabajadores, la disolución de la familia, la masificación y otros efectos perniciosos del mundo contemporáneo.
 
En 1933, una semana antes del acceso de Hitler al poder, Röpke vaticinó "el final de una era". En una ponencia así titulada, Röpke alertó de que Alemania se encontraba a merced de una "revuelta contra la razón, la libertad y la humanidad". La época dorada del liberalismo, basada en la postergación de la violencia en beneficio de la razón; la civilización, en suma, parecía disiparse para siempre…
 
Entender la economía permite avanzar hacia ese ideal de no violencia y paz, a un mundo de intercambios voluntarios en el que la gente, al preocuparse de sus asuntos, promueve el bien común. Ahora bien, no ha de caerse en el error de pensar que la sociedad no es sino economía.
 
Wilhelm Röpke.Röpke se exilió de la Alemania nazi para escapar del terror nacional-socialista. Años después se convertiría en el mentor del hombre que sacó al país del marasmo: Ludwig Erhard. De hecho, fue en última instancia el inspirador del "milagro alemán". Erhard relataría que, durante la II Guerra Mundial, consiguió hacerse (ilegalmente) con varios libros de su maestro, que devoró como el desierto devora "el agua que da la vida".
 
En realidad, el milagro alemán no tuvo nada de milagroso. Fue la consecuencia de dejar hacer a la libertad en el sector de los bienes y servicios y a la disciplina en el del dinero, como proponía Röpke. Si tal hicieran, los Gobiernos sí podrían hablar con fundamento de la búsqueda del bienestar para todos. Así tituló, precisamente, uno de sus libros Ludwig Erhard, que, ya desde el Ministerio de Economía, ya desde la Cancillería, pugnó por dotar a la República Federal Alemana de una auténtica economía de mercado. En la disyuntiva dirigismo-liberalismo, Erhard tomó partido por este último... y los alemanes pronto se olvidaron de lo que era pasar hambre.
 
El libre mercado erige un muro entre la política y la sociedad, para que la suerte de la gente no dependa de lo que hagan o dejen de hacer los políticos de  turno. He aquí una de sus grandes virtudes. Cuando los políticos regulan la actividad económica y el Estado es dueño de aproximadamente la mitad del PIB –así están las cosas en España–, es muy fácil que la discrecionalidad y la corrupción se extiendan, y muy difícil que los individuos salgan adelante gracias a su propio esfuerzo.
 
Queda mucho por hacer para que ambas esferas estén separadas radicalmente. Por ejemplo, que la ciudadanía sepa de qué se está hablando y sepa detectar y desechar las propuestas demagógicas, especialmente en períodos como el que estamos viviendo en estos momentos, a menos de un mes para las elecciones generales.
 
La teoría de la economía es uno de los escasos libros disponibles en español que penetra en temas tan complejos como el origen del dinero, la inflación o la formación de precios con una claridad fuera de lo común. Estas páginas permitirán al lego empezar a aprehender la importancia que tiene vivir en un sistema económico o en otro.
 
De nuevo hay que agradecer a Unión Editorial que lance al mercado libros que colman las expectativas intelectuales de quienes no pierden el tiempo leyendo panfletos de Chomsky ni el último ladrillo de Naomi Klein. Joyas como ésta hacen especialmente estimulante el adentrarse en los dominios de la riquísima tradición liberal.
 
 
WILHELM RÖPKE: LA TEORÍA DE LA ECONOMÍA. Unión Editorial (Madrid), 2007, 274 páginas.
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