Consideremos, por ejemplo, la evolución de Javier Tusell, siempre fino a la hora de evaluar las oportunidades y que derivó desde posiciones moderadas en los años ochenta hasta otras mucho más radicales (en la obra Franco, España y la Segunda Guerra Mundial, entre el Eje y la neutralidad, de 1995), que le llevaron a calificar como algo milagroso el de que España no entrara en ese conflicto bélico, hecho histórico que entraba en contradicción con lo que él pensaba que tenía que haber ocurrido.
Esta ha sido la línea canónica, como la llama Emilio Sáenz-Francés en el epílogo de su libro; la que ha acabado prevaleciendo a pesar de los muchos estudios que intentan explicar lo ocurrido sin necesidad de recurrir a la acción sobrenatural, como la biografía de Franco escrita por Juan Pablo Fusi, el España, Franco y la Segunda Guerra Mundial de Luis Suárez o los trabajos de Pío Moa, en su línea de apología de la España franquista.
Emilio Sáenz-Francés tiene la suficiente inteligencia y sensibilidad como para no pretender cerrar un debate que probablemente permanecerá siempre abierto, aunque también es previsible que se vaya alejando cada vez más de cualquier intento demasiado simplificador. El propio libro de Sáenz-Francés así lo sugiere. El autor es un historiador joven, profesor universitario, que se estrena con este volumen en el que la acción política de Franco centra un panorama muy complejo, como son las relaciones internacionales tejidas en torno a la posición de España ante la Segunda Guerra Mundial.
El título, Entre la Antorcha y la Esvástica, merece una aclaración. Así como la referencia a la esvástica está clara, la antorcha hace alusión a la operación Torch (antorcha en inglés), nombre con el que se designó el desembarco aliado en el norte de África. La operación tuvo consecuencias importantes, bien descritas en el libro, sobre la política de Franco ante la contienda. Entre los varios protagonistas de este episodio están Francisco Gómez Jordana, conde de Jordana, ministro de Asuntos Exteriores desde agosto de 1942, y Winston Churchill, que, con intuición admirable, supo darse cuenta, no ya de lo que se jugaba en España, sino de la auténtica situación que se daba en nuestro país. Para quien se interese por la historia y por las relaciones internacionales, vale la pena leer estas páginas, en las que la posición española va cambiando ante la acción sutil y persistente de la diplomacia británica, aliada con la fuerza gigantesca de un todavía joven Estados Unidos.
Una parte extraordinaria es la relacionada con la estancia en Madrid del embajador de Alemania Hans Adolf von Moltke. El archivo de Moltke ha sido exhaustivamente utilizado por Sáenz-Francés. Es la primera vez que sale a la luz y ayuda a comprender la presión de los alemanes sobre Franco, y la forma en que la ejercían: el capítulo parece a veces una novela de intrigantes y de espías en el Madrid de los años cuarenta. Fernando García de Cortázar tiene razón cuando dice que todo esto sugiere bien la naturaleza del régimen nazi, mucho más en sintonía con una banda de delincuentes y mafiosos chapuceros –además de asesinos– que con una camarilla de amantes de la eficacia y la música de Wagner, como tantas veces se ha pintado.
Esto, además, contribuye a aclarar la posición de Franco, que se debió de dar cuenta muy pronto de la naturaleza de sus posibles aliados. En estas páginas Franco aparece como un hombre de acción tan indescifrable como su carácter, aunque movido por líneas que no cambian: el anticomunismo, la claridad en la comprensión de la situación española después de la Guerra Civil y la convicción de que el tiempo jugaba a su favor.
En resumen, un gran libro, apoyado en un excelente trabajo de investigación, que además nos da a conocer a un nuevo historiador que contribuirá a renovar, sin dogmatismos y con seriedad, la comprensión de nuestro pasado.
EMILIO SÁENZ-FRANCÉS: ENTRE LA ESPADA Y LA ANTORCHA. FRANCO EN LA ENCRUCIJADA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Actas (Madrid), 2009, 1.006 páginas.
Pinche aquí para acceder a la web de JOSÉ MARÍA MARCO.
Esta ha sido la línea canónica, como la llama Emilio Sáenz-Francés en el epílogo de su libro; la que ha acabado prevaleciendo a pesar de los muchos estudios que intentan explicar lo ocurrido sin necesidad de recurrir a la acción sobrenatural, como la biografía de Franco escrita por Juan Pablo Fusi, el España, Franco y la Segunda Guerra Mundial de Luis Suárez o los trabajos de Pío Moa, en su línea de apología de la España franquista.
Emilio Sáenz-Francés tiene la suficiente inteligencia y sensibilidad como para no pretender cerrar un debate que probablemente permanecerá siempre abierto, aunque también es previsible que se vaya alejando cada vez más de cualquier intento demasiado simplificador. El propio libro de Sáenz-Francés así lo sugiere. El autor es un historiador joven, profesor universitario, que se estrena con este volumen en el que la acción política de Franco centra un panorama muy complejo, como son las relaciones internacionales tejidas en torno a la posición de España ante la Segunda Guerra Mundial.
El título, Entre la Antorcha y la Esvástica, merece una aclaración. Así como la referencia a la esvástica está clara, la antorcha hace alusión a la operación Torch (antorcha en inglés), nombre con el que se designó el desembarco aliado en el norte de África. La operación tuvo consecuencias importantes, bien descritas en el libro, sobre la política de Franco ante la contienda. Entre los varios protagonistas de este episodio están Francisco Gómez Jordana, conde de Jordana, ministro de Asuntos Exteriores desde agosto de 1942, y Winston Churchill, que, con intuición admirable, supo darse cuenta, no ya de lo que se jugaba en España, sino de la auténtica situación que se daba en nuestro país. Para quien se interese por la historia y por las relaciones internacionales, vale la pena leer estas páginas, en las que la posición española va cambiando ante la acción sutil y persistente de la diplomacia británica, aliada con la fuerza gigantesca de un todavía joven Estados Unidos.
Una parte extraordinaria es la relacionada con la estancia en Madrid del embajador de Alemania Hans Adolf von Moltke. El archivo de Moltke ha sido exhaustivamente utilizado por Sáenz-Francés. Es la primera vez que sale a la luz y ayuda a comprender la presión de los alemanes sobre Franco, y la forma en que la ejercían: el capítulo parece a veces una novela de intrigantes y de espías en el Madrid de los años cuarenta. Fernando García de Cortázar tiene razón cuando dice que todo esto sugiere bien la naturaleza del régimen nazi, mucho más en sintonía con una banda de delincuentes y mafiosos chapuceros –además de asesinos– que con una camarilla de amantes de la eficacia y la música de Wagner, como tantas veces se ha pintado.
Esto, además, contribuye a aclarar la posición de Franco, que se debió de dar cuenta muy pronto de la naturaleza de sus posibles aliados. En estas páginas Franco aparece como un hombre de acción tan indescifrable como su carácter, aunque movido por líneas que no cambian: el anticomunismo, la claridad en la comprensión de la situación española después de la Guerra Civil y la convicción de que el tiempo jugaba a su favor.
En resumen, un gran libro, apoyado en un excelente trabajo de investigación, que además nos da a conocer a un nuevo historiador que contribuirá a renovar, sin dogmatismos y con seriedad, la comprensión de nuestro pasado.
EMILIO SÁENZ-FRANCÉS: ENTRE LA ESPADA Y LA ANTORCHA. FRANCO EN LA ENCRUCIJADA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Actas (Madrid), 2009, 1.006 páginas.
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