Con su implacable racionalismo, Vidal-Quadras desmonta algunas de las supersticiones que la derecha ha decidido compartir con la izquierda y los nacionalismos; entre otras, la idea de que el pacto con las fuerzas del chantaje territorial es no sólo inevitable, sino que contribuye a la estabilidad del sistema.
Vidal-Quadras lleva años refutando esa falsa doctrina, origen de la mayoría de los males que aquejan a la democracia española. Ahora que Zapatero acaba de proclamar, en el reciente Debate sobre el Estado de la Nación, que el respaldo sobrevenido del PP al Título VIII de la Constitución garantiza que dicha fuerza política acabará respaldando la reforma encubierta y radical de la Constitución emprendida por su Gobierno, en compañía de sus aliados nacionalistas, la lectura de esta colección de ensayos, artículos de fondo y conferencias ayudará al lector a comprender hasta qué punto el PP ha cedido al consenso social-nacionalista, aplastante en los medios, la Academia y la cultura popular.
Porque ese consenso supersticioso da por bueno algo que ha resultado ser uno de los grandes errores de la Constitución: un régimen electoral y autonómico que otorga un poder desproporcionado a las minorías nacionalistas. Ni Aznar se atrevió a enmendar esa lacra ni Rajoy se atreve hoy a rechistar, cuando Zapatero le recuerda que el PP aceptó ese legado y le indica cuál es el camino para acabar aceptando su desarrollo hacia un sistema aún más asfixiante para la libertad individual y cautivo de las insaciables exigencias nacionalistas.
El pensamiento de Vidal-Quadras es valioso no sólo porque significa que en el PP aún hay espacio para el I+D de las ideas, el radicalismo juicioso y el orgullo de la propia tradición, sino porque previene contra las fuerzas que, sin duda, desde dentro del PP tienden a integrarse en el consenso, conceden a las mentiras nacionalistas la categoría de ideas en pie de igualdad con la razón y aceptan el ventajismo de las fuerzas localistas y disgregadoras como una condición natural del sistema.La Constitución traicionada ensaya un análisis de las iniciativas que están transformando España y Europa. Es una visión palpitante, integrada por conferencias y artículos escritos probablemente entre aviones, hoteles y tránsitos de todo tipo, con la pasión de un polemista y el rigor de un racionalista que no hace concesiones a lo políticamente correcto, a los tópicos o a los sobreentendidos.
Los temas se ordenan en cuatro bloques: Estatuto de Cataluña, Los nacionalismos en España, El nacionalismo contra la Constitución y ¿Postnacionalismo en la Unión Europea? El conjunto revela un pensamiento audaz, expuesto con un estilo brillante, que desmiente el injusto cargo de que "la derecha no piensa", cuando la historia española de los últimos cuarenta años demuestra más bien lo contrario: que es la izquierda la que carece de ideas originales y de intelectuales con talento capaces de transmitirlas.
Como todo producto intelectual que es hijo de su hora histórica, el libro de Vidal-Quadras adolece de ciertas incoherencias. Así, es genuinamente liberal, y se muestra orgulloso heredero de la tradición española que nace en 1812 en Cádiz, cuando aborda las cuestiones de la agenda nacional, pero se contradice cuando defiende el armatoste constitucional europeo, de inequívoca raigambre intervencionista.
Vidal-Quadras ha facturado un libro valiente, audaz y honesto, un aldabonazo para la derecha anestesiada por el consenso social-nacionalista, un martillo de razón implacable contra las ideas falsas de la izquierda y los nacionalismos. Es un regalo para cualquier lector interesado por su tiempo y su país.