Asimismo, en cuanto a los personajes que las habitan, podemos decir que resultan singulares, atractivos, con mundo hacia dentro; no son, ciertamente, criaturas vaciadas. Todo ello es el resultado de dos voces educadas, de escritores que se atreven con temas difíciles, con inteligencia.
Pero ¿de qué se trata? Concretamente, de dos escritoras italianas que tienen su ganado prestigio y de las cuales podemos leer, hoy, unas novelas de alto vuelo artístico. Los libros que menciono son: Saludos cordiales, de Isabella Bossi Fedrigotti –ganadora de prestigiosos premios (entre otros, el Campiello), quien también se desempeña como periodista cultural del Corriere della Sera–, y Los días del abandono, de Elena Ferrante, una escritora que está, digamos, en el extremo opuesto de la anterior: de ella poco se sabe, salvo que ha vivido en diversas ciudades de Italia y que su primera novela fue un acontecimiento editorial allí. La reserva forma parte de su disciplina artística.
La entropía moral del personaje central de Saludos cordiales, que ha desaparecido (misteriosamente) en la primera línea de la novela, sus amistades, sus amores, su desesperación, su generosidad y sus enigmas de hombre desesperado y vulnerable, está narrada a través de variados personajes con los que ha tenido diversas y estrechas formas de relación. Cada uno aporta lo suyo, desmiente al otro o lo confirma en determinados aspectos.
La escritura de Isabella Bossi está planteada en pequeños bloques, en forma de monólogos, y están diseñados con claridad. Las voces corresponden a la novia, la madre, las amigas y amigos, y todos ellos, aquí y allá, van desparramando elementos simbólicos, para ir poniendo claridad en medio del espeso misterio.
El libro, sólidamente elaborado, es fruitivo: una vez que cae en nuestras manos no podemos abandonarlo. Esta fiesta del adiós se abisma en un personaje esclavo de sus temores y de sus caprichos, que habita un mundo complejo que le agobia. Todo está delicadamente elaborado.
Por su parte, Elena Ferrante, en su perturbadora novela, demanda la atención lectora, como decíamos, también desde la primera frase. El esposo comunica a su mujer el deseo de abandonarla; lo hace así, inesperadamente, sin explicación. La habilidad narrativa de la escritora radica en su firme pulso y en el sagaz dominio para hurgar en lo más hondo de la conciencia de la personaje central, Olga, una mujer a quien acosan fantasmas de la infancia, mientras todo va derrumbándose (como era de esperar) a su lado.
Elsa Ferrante es una escritora eficaz en la creación de situaciones intensas, esos momentos que no pueden preverse hasta que concluyen, con sus sorpresas. En tal sentido, su libro es vertiginoso y perturbador. Tiene, asimismo, páginas sobrecogedoras, y el relato resulta conmovedor.
Una y otra gozan del reconocimiento de los lectores que importan, como diría Eugenio Montale, y en consecuencia, inteligentes y excitantes, deparan a aquellos una seducción muy especial.
– Isabella Bossi Fedrigotti, Saludos cordiales, Barcelona, Salamandra, 2005, 192 páginas.
– Elena Ferrante, Los días del abandono, Barcelona, Salamandra, 2004, 224 páginas.