Editada por primera vez en 1962, Así cayó Alfonso XIII circuló profusamente antes incluso de que se autorizara su publicación en España (1966). Desde entonces van siete ediciones. Por lo demás, ha sido utilizada en numerosos estudios: recuérdese, en particular, el espléndido Los personajes de la República vistos por ellos mismos, de Pío Moa.
¿Estamos ante una mera reedición más? No. En primer lugar, conviene tener en cuenta que las circunstancias de cuando se publicó son muy distintas a las de hoy en día. Miguel Maura escribió sus recuerdos de la transición de la Monarquía a la República pensando en una posible transición del régimen de Franco a otro constitucional y democrático. Su intención iba más allá del relato de unos recuerdos, apasionantes de por sí: quería también proporcionar alguna pista, alguna ayuda para lo que se preparaba.
Han pasado más de cuarenta años, y hoy nos encontramos en una nueva transición. Nadie, ni siquiera el Gobierno que la ha puesto en marcha, sabe qué forma tendrá el régimen que se deducirá de las decisiones de Moncloa. La Constitución ha dejado de cumplirse en puntos muy importantes, y es obvio que otra vez la Monarquía corre un peligro serio. El Gobierno está encabezado por un iluminado, y la mayoría parlamentaria la conforman, además del núcleo socialista propiamente delirante, republicanos, secesionistas y grupos antisistema. Este Gobierno, por ejemplo, no considera necesario defender la figura de los Monarcas, como ha dejado bien claro en los últimos días.

Para quienes ya tengan alguna edición previa de Así cayó Alfonso XIII, hay que añadir que la presente constituye de hecho un libro nuevo. Su responsable, nieto del autor, ha tenido acceso al archivo familiar y ampliado el texto con pasajes (señalados en corchetes) no incluidos en su momento por Miguel Maura por razones de prudencia. Algunos son de lectura obligada para quien se interese por el período. Por ejemplo, los que dan cuenta de las posiciones del Gobierno ante la familia de Maura, tan comprometida con la Monarquía, o los que refieren anécdotas –algunas de ellas memorables– sobre Azaña, que amplían y dan un nuevo sentido al clásico retrato de los "tres Azañas" sobre el que ha gravitado buena parte de los análisis que desde 1962 se han realizado del caudillo republicano, por utilizar la terminología de la época.
Sobre eso, el editor ha añadido otros muchos documentos. Hay algún tesoro, como la famosa carta que José Antonio Primo de Rivera escribió a Miguel Maura desde la prisión de Alicante en junio de 1936. Hay escritos importantes para la historia de la República y de la derecha española, como los pronunciamientos del propio Maura desde la prensa en los momentos críticos de ese mismo mes, apenas unas semanas antes de que estallara la Guerra Civil. Y hay textos que proceden de los cuadernos del propio Maura, por ejemplo, comentarios de primera mano de la acción política del bienio Azaña, el modelo reconocido de la actual política socialista.

Este trabajo incluye, en su arranque, unos comentarios caprichosos sobre la Iglesia española. El lector puede perfectamente prescindir de ellos. Es más, resulta incluso aconsejable hacerlo. Otra cosa es la reflexión sobre Miguel Maura con que se cierra el ensayo. No sólo por la perspectiva que se ofrece sobre su figura, sino por algunas reflexiones memorables acerca del patriotismo (p. 104) y la izquierda.
No está de más reproducir la frase que Romero Maura cita justo antes de entrar en materia: "La impunidad de la delincuencia política (…) arma principal de las izquierdas" (p. 105). La frase, que tiene todo el tono de una sentencia clásica, cobra todo su sentido cuando se ha leído la parte central del ensayo, que no trata de Miguel Maura, sino del padre de éste, don Antonio. He aquí el fondo de este trabajo, colado de matute en una introducción de apariencia inocua.
Sobre Antonio Maura se han escrito algunos estudios biográficos y políticos importantes (en particular, el de María Jesús González), así como otros (el de Javier Tusell, por ejemplo) que lo encuadran, mal que bien, en la historia de la derecha española. Pero en general la historiografía ha sido poco generosa con él: ha habido pereza, por la talla del personaje, y mezquindad de raíces ideológicas. Falta mucho trabajo por hacer, sobre todo ahora que estamos en el centenario del Gobierno Largo y de los hechos que condujeron a su destitución, por Alfonso XIII, en 1909. La aportación de Romero Maura será, en cualquier caso, esencial.

Las consecuencias de esos hechos, que frustraron la transición a la democracia del régimen liberal respetando la Monarquía, van relatadas por el propio Miguel Maura en su libro de recuerdos. Hoy vivimos una reedición de todo aquello, con lo que está haciendo la izquierda española con el Partido Popular (y lo que hizo en su día con Aznar). Sorprende la fidelidad a sí misma de nuestra izquierda, que siempre elige lo más fácil, que es, como decía el propio don Antonio, "salirse de la carretera" (p. 105).
Como el ensayo se centra en este asunto, quedan fuera muchos otros aspectos de la figura de Antonio Maura, como sus relaciones con el nacionalismo, o sus proyectos de regeneración de la Administración y de la Marina. Pero algo esencial ha quedado dicho.
Por eso mismo, es una pena que Romero Maura no se haya decidido a escribir una biografía de verdad. En el caso de que lo hiciera, sería de desear que adoptara un estilo menos torturado y más anglosajón, más al alcance de una opinión pública a la que apeló el propio don Antonio, aunque acabara enredado y traicionado por la alianza de Alfonso XIII con una izquierda recalcitrante en su desprecio por la democracia.
MIGUEL MAURA: ASÍ CAYÓ ALFONSO XIII. DE UNA DICTADURA A OTRA. Marcial Pons (Madrid), 2007, 570 páginas. Edición y estudio preliminar de JOAQUÍN ROMERO MAURA.
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