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'EL LIBERALISMO NO ES PECADO'

Aprenda economía con Rallo y Braun

Los buenos divulgadores no sobran en la historia del liberalismo, especialmente en el ámbito económico. Por eso es tan buena noticia que dos de los mejores que existen ahora mismo en España unan sus fuerzas para defenderlo.


	Los buenos divulgadores no sobran en la historia del liberalismo, especialmente en el ámbito económico. Por eso es tan buena noticia que dos de los mejores que existen ahora mismo en España unan sus fuerzas para defenderlo.

Juan Ramón Rallo y Carlos Rodríguez Braun son dos de los comentaristas económicos más exitosos de los últimos tiempos. Su presencia en radios, televisiones y periódicos se ha multiplicado con la misma fuerza que tienen sus argumentos. No es extraño verles en tertulias casi monocromáticas, sitiados numéricamente por los aliados del intervencionismo... y saliendo airosos del trance gracias a su inteligencia, claridad expositiva y bagaje teórico.

Esto debería ser motivo de alegría para todos los amantes del capitalismo, la propiedad privada y la autonomía individual, puesto que no es nada frecuente que el liberalismo disponga en su esquina de dos pegadores tan potentes. De hecho, una de las causas que explican el éxito del colectivismo en el siglo XX hay que buscarla, sin duda, en la calidad de sus propagandistas. Puede que muchos fueran simplemente demagogos, que la historia demostrara sus errores o que la realidad refutara sus argumentos casi antes de que terminaran de exponerlos. Pero eso no evitó que calaran en gran parte de la sociedad como la única respuesta posible ante las incertidumbres inherentes a la vida humana. Y en muchas ocasiones sus falacias no encontraron una respuesta inteligente en el campo liberal.

No es éste el caso de Braun y Rallo (columnistas fijos de Libertad Digital), que nunca han rehusado el enfrentamiento directo. Los dos, profesor y discípulo, son dos auténticos fajadores, dispuestos siempre a combatir con la fuerza de sus argumentos el pensamiento único del intervencionismo dominante. Ahora unen sus fuerzas por segunda vez para ofrecernos el que debería convertirse en libro iniciático para toda una generación de españoles: El liberalismo no es pecado. La economía en cinco lecciones.

Aunque ni por el título, ni por el diseño, ni por el grosor lo parezca, se trata de un auténtico manual de introducción a la economía, en el que explican paso a paso los conceptos básicos del capitalismo y las razones de su éxito allí donde se ha implantado. En un momento en el que intenta imponerse una explicación a la crisis que demoniza el libre mercado y pide un incremento de la intervención pública (siempre por nuestro bien, por supuesto), un libro como éste era imprescindible. No sólo cargará de argumentos las armas dialécticas de los liberales ya convencidos; este volumen debería servir, sobre todo, para que miles de jóvenes educados en el buenismo intervencionista que inunda los centros de enseñanza descubran la potencia del pensamiento liberal.

Braun y Rallo han conseguido condensar y explicar casi todos los conceptos económicos básicos en apenas 300 páginas. Les ayuda el formato elegido, con recuadros destacados que sirven de recordatorio de las principales ideas y argumentos. Consiguen de esta forma hacer accesible al común de los mortales materias que en ocasiones parecen privativas de los expertos. Y no dejan de meterse en el barro de las cuestiones más polémicas de la ciencia económica.

De hecho, algunas de sus mejores páginas son aquellas en las que defienden los argumentos menos escuchados habitualmente. Por ejemplo, es especialmente brillante el epígrafe sobre la competencia; muchos se sorprenderán al leer que no es el número de empresas lo que determina la existencia de un monopolio o un oligopolio, sino la presencia de barreras de entrada a ese mercado. Las diez últimas páginas de la primera lección –"Precios, beneficios y competencia"– las dedican a explicar en qué consisten realmente muchas de las prácticas demonizadas por el pensamiento dominante, como la publicidad, los acuerdos de precios o las fusiones empresariales, y cómo benefician al consumidor, pese a que el Estado intente limitarlas con incesantes regulaciones, que acaba pagando el ciudadano... al que en teoría se pretende proteger.

De esta manera, Braun y Rallo no se alejan de la realidad en ningún momento. Muchos de los pasajes de su libro están ligados a la actualidad. Así, exponen qué alternativas hay al rescate de los bancos en quiebra (esperemos que los miembros del nuevo Gobierno se dignen leer estas páginas) con sencillez y claridad. En vez de cargar al sufrido contribuyente con un nuevo coste, los dos autores explican con detalle cómo, en el caso de las entidades insolventes, sólo sería necesario que sus fondos ajenos se convirtieran en fondos propios (acciones) para recapitalizarlas.

Pero quizás la parte más necesaria sea la que muchos considerarán la menos económica, el capítulo final: "El Estado". En ella, Braun y Rallo explican el surgimiento del Estado y cómo en su nombre se han ido imponiendo nuevos conceptos que limitan la libertad de aquellos a los que en teoría se quiere proteger. Nuestros autores hablan con precisión pedagógica de derechos, de "igualdad tras la ley", de democracia, de bienes públicos, de impuestos...

Este cuidado a la hora de no dejarse ningún tema atrás es, paradójicamente, uno de los mejores aciertos de Braun y Rallo... y uno de los pocos peros que se les pueden poner. Es uno de los mejores aciertos porque ofrecen una visión global del pensamiento liberal que permite que cualquiera se inicie en el estudio económico del capitalismo y del Estado. Pero, al mismo tiempo, cuando cierra el volumen, el lector siente que tan vasto esfuerzo merecería un diseño que le hiciera algo más de justicia y le permitiera desarrollar todo su potencial. Como decíamos antes, una obra tan completa debería convertirse en el libro de texto de todos los estudiantes españoles de primero de Economía. Si a los argumentos de Braun y Rallo se les añaden gráficos, algunos ejemplos prácticos, ejercicios o lecturas recomendadas, este excepcional ensayo sería el manual de absoluta referencia en la materia. No sabemos si nuestros dos autores o su editorial se lo estarán planteando, pero sería una pena que nadie acometiera el esfuerzo en ulteriores ediciones.

 

CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN y JUAN RAMÓN RALLO: EL LIBERALISMO NO ES PECADO. Deusto (Barcelona), 2011, 303 páginas.

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