Menú
Juan Manuel Sabugo

Stephen Hawking: el último científico famoso

La sociedad y los medios de comunicación necesitamos iconos que prestigien y remuevan la actualidad científica.

La sociedad y los medios de comunicación necesitamos iconos que prestigien y remuevan la actualidad científica.
Stephen William Hawking | Cordon Press

Se nos acabaron las referencias. Stephen Hawking era el último gran científico conocido universalmente. La sociedad y los medios de comunicación necesitamos iconos que prestigien y remuevan la actualidad científica. Necesitamos "mediums" que se interpongan entre los fantasmas insondables de la realidad y los mortales para transmitirnos el mensaje del más acá. Y en esto Stephen Hawking fue el último grande. Capaz de acaparar titulares o de competir en la lista de bestsellers con cada nuevo libro. No os podéis imaginar lo importante que es esto hoy en día. Quizá más importante que en ningún otro momento de la historia. Resulta casi sonrojarte recordar que nos encontramos en la sociedad más tecnológica y que, sin embargo, la ciencia, el conocimiento racional y empírico esté compitiendo con creencias, pseudociencias, opiniones o acuerdos. Me viene a la memoria un comentario de Einstein cuando fue acusado por 100 científicos alemanes: "¡Si yo estuviera equivocado, uno solo habría sido suficiente". Sin embargo hoy en día la verdad se pretende alcanzar por consenso.

hawking.jpg

El ser humano, pese a esta nueva moda de "lo natural", pertenece indisolublemente al mundo de la ciencia. Desde que alzó un hueso para golpear a su presa, cultivó el fuego para calentarse, o utilizó pigmentos para plasmar sus pensamientos en las rocas, el ser humano no ha dejado de utilizar la ciencia para sobrevivir, para expresarse, para ser feliz. Es el instrumento básico y universal que hace de nuestro pensamiento la más maravillosa de las herramientas. Un instrumento con la capacidad de descubrir y analizar la realidad, ese pantanoso mundo que está fuera de nosotros y que nos iguala. Pero pocos son los elegidos capaces de sumergirse en un mundo cada vez más especializado e intangible sin perder el contacto con los mortales, sin perder el tiempo ocupándose de transmitir una forma de pensamiento que nos ha llevado a donde estamos, el mejor momento de desarrollo y bienestar de la historia.

La física está ocupada en estudiar y relacionar mundos que están aparentemente alejados de nosotros: el de lo extremadamente pequeño y el de lo inmensamente grande. Hawking estaba inmerso en ambos. Los enormes agujeros negros: fuente, sumidero y motor de nuestro universo y las partículas cuánticas, la base del desarrollo de la tecnología informática. Ambos conocimientos parecen irreconciliables, pero de esa unificación surgirá, sin duda, un nuevo salto de comprensión. Tendrá que ser sin Stephen. Y lo echaremos de menos, sobre todo porque nadie como él para despertar el interés. Muy pocos pueden acercarse ni remotamente al esfuerzo que le suponía el día a día, al mérito de su presencia en los medios, al heroísmo de participar en una conferencia. Nadie como él para recordarnos que la ciencia y la tecnología hacen que esto haya sido posible y que es el verdadero compañero de la humanidad.

Temas

En Tecnociencia

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura