Cuando Jorge Javier Vázquez le dijo a Ada Colau que en ninguno de los artículos que había leído sobre ella se hacía mención de que hubiera tenido una novia, Colau respondió que no era algo que fuera contando por ahí, que si lo había contado en su programa había sido porque el tema había surgido de manera "natural", que, en cualquier caso, no tenía por qué esconderlo y que no se había planteado que su revelación le fuera a restar votos. Era mentira, claro.
En febrero de este año, Joana Bonet entrevistó a Ada Colau para el Fashion & Arts Magazine de La Vanguardia. Como sabemos sus lectores, Bonet suele desplegar con sus entrevistados una complicidad que favorece la secreción de confesiones, inventadas o no. La estratagema, recuérdese, le franqueó el paso a la alcoba del matrimonio Zapatero, donde recolectó una de las perlas que mejor ilustraron aquel tiempo de lágrimas socialdemócratas, si tú supieras, Sonsoles.
También a Colau se le aflojaron las aduanas del sentimentalismo. "Nací horas después de que mataran a Puig Antich. Eso marca", llegó a manifestar a Bonet, quien, tal vez en un acceso de magnanimidad, rescató del abismo a la alcaldesa con una pregunta-sofá que hoy, a la luz de las últimas revelaciones, presenta un renovado interés: "¿Qué es lo más doloroso que te ha pasado?". Y no, no respondió que los dos intentos de agresión sexual que, según aireó el 26 de noviembre desde un atril, había sufrido en su adolescencia. Tampoco se refirió a la ruptura con su novia italiana, Elena, que había sido, al decir de su relato en SDL, "lo más tremendo" que había vivido. El tuteo, la entrevistadora-confidente, el escenario (una mesa de trabajo en el estudio del fotógrafo Manuel Outumuro), todo, en fin, parecía dispuesto para propiciar que Colau se arrancara por intimidades (o acaso extimidades), pero la alcaldesa sobrenadó el dolor en estilo libre:
¡Uf! Estas preguntas de lo más tienes que pensarlas un rato… He padecido sufrimientos distintos. No recuerdo mucho la separación de mis padres, tenía 3 años, pero por cosas que he pensado sí que creo que sufrí. El accidente de coche de mis tíos, el sufrimiento intenso de las rupturas amorosas de la juventud.
No fue la única ocasión durante la entrevista en que pudo hablar de los dos intentos de agresión sexual y de Elena, pues Bonet siguió merodeando el flanco amor, feminidad, feminismo: "¿Cómo conociste a Adrià Alemany, tu pareja? ¿Fue un flechazo?". "Debe ser difícil compartir política y cama". "¿Cómo describirías tu feminidad?". "[De joven] ¿Te pintabas los labios y te ponías perfume?". "¿Qué significa el feminismo para ti?". "¿En qué consiste la feminización de la política?". De lo que cabe concluir que la naturalidad de la que presumió con JJV le fue esquiva durante los dos encuentros que mantuvo con Bonet hace diez meses, cuando en el horizonte no había nubarrones que amenazaran su hegemonía.