"UBÚadella, exiliado en Iberia, ostenta uno de los cargos más altos a los que puede aspirar, y le obsesiona la opinión que de él tienen los polacos, sus anteriores súbditos". Tal es el presupuesto dramatúrgico de UBÚadella, una presunta parodia de la figura de Albert Boadella perpetrada por Víctor Álvaro, y que se representa estos días, y hasta el próximo 31 de enero, en el teatro Almería de Barcelona. La representación del pasado día 10 tuvo como broche un coloquio sobre el cómico en el que participaron los exmiembros de Joglars Andreu Solsona y Arnau Vilardebó. Y Boadella, que anda enfrascado en un ensayo sobre la peripecia de Joglars, se personó en el acto, utilizando para la ocasión un incomodísimo disfraz de iPhone 4. La sesión, a la que ha tenido acceso Libertad Digital, es una suerte de psicodrama en que se mezclan la adoración y el resentimiento, un bucle de amor y odio en que afloran, antes que recuerdos, personalísimos fantasmas. Hoy mismo, Boadella ha publicado en la web de Joglars su respuesta a lo que considera una afrenta.
Arropados por un coro de alrededor de 50 personas que, por momentos, parecieran gustar de algo más de sangre, los contertulios se meten en todos los charcos. Así, se atribuyen el mérito de la fuga de Boadella del Hospital Clínic (donde se hallaba custodiado por la policía, en espera de un consejo de guerra por "injurias al Ejército"), le acusan (a Boadella) de haberlos echado de la Casa Nova (masía en la que residían Boadella y Caminal, cercana a La Cúpula, el lugar de los ensayos de Joglars, en Pruit) por "encoñamiento", frustrando así el ideal de colectividad de la compañía, niegan que hubiera en Cataluña un boicot a Joglars, y atribuyen la caída de público en esta comunidad al escaso interés de los montajes. Asimismo, reprochan a Boadella su "deriva españolista", que consideran parte del precio que, supuestamente, habría pagado al PP por dirigir los Teatros del Canal, y reprueban su complicidad con Libertad Digital, diario al que se nombra con todas las letras.
Álvaro, el muñidor del montaje, menciona también al periodista Arcadi Espada, al que describe como "amigo del alma de Boadella y fundador de Ciudadanos". "Las primeras tres localidades que se vendieron", revela, "las compró Espada a través a través del Ticketmaster, por lo que tuvimos la ocasión de saludarle antes de la función". "Lástima", añade, "que saliera nada más acabar y no pudiéramos preguntarle qué le había parecido".
Al término de la charla, Andreu Solsona, el más reacio a reconocer la valía artística de su exdirector (Vilardebó, al menos, le concede cierto talento para lo que él mismo denomina "corta y pega"), arremete contra él de forma sentenciosa: "Boadella es como los cerdos. Por mucha mierda que le tires, siempre engorda". Esa afirmación, precisamente, es lo único de cuanto se dijo aquella tarde que a Boadella le parece "sensato y ajustado a razón". No en vano, y según afirma en su carta, "cuando un mierda me lanza sus inmundicias siempre he salido ganando. Debo mucho a los mierdas".