¿Quién es la persona más poderosa de España? Muchos darán hoy una respuesta distinta a la que darían hace sólo diez días. Es difícil decir cuándo dejó de serlo José Luis Rodríguez Zapatero. Está claro que en cualquier caso nunca más tarde del pasado domingo, 22 de mayo. Es secretario general del PSOE, pero por poco tiempo. Su partido, en el plazo de un año, sólo gobernará en el País Vasco y Extremadura, y con el apoyo de otro partido. La pérdida de poder local es abrumadora. La PSOE está preparando un ERE que ni Telefónica. Sus mensajes sólo calan cuando la gente cree que se los puede permitir; en crisis la gente no quiere saber nada del socialismo. El mismo PSOE está en riesgo. Claro está que remontará, es el principal partido de izquierdas de España. Tiene un apoyo importante en un sector de la sociedad española. Y otro en el nacionalismo, al que no le interesa que el PSOE se venga abajo, aunque poco puede hacer por él.
Pero no parece que IU vaya a desaparecer. Al fin y al cabo su visión del mundo, sus mensajes, que han resonado en toda España desde la Puerta del Sol, los vomitan casi todos los medios de comunicación todos los días. ¿Cómo no iba a creérselos al menos una parte de los españoles? Y UPyD, aunque aún muy débil, se está consolidando como alternativa dentro de la izquierda clásica, españolista y liberal, donde puede refugiarse una parte no desdeñable de un voto que se debatiría entre el PSOE y la abstención y, puntualmente, también el PP.
Además, Zapatero ya no manda en el PSOE. Tampoco en el Gobierno. Rubalcaba es el hombre fuerte de un partido a la deriva. ¿Quién es, entonces, el hombre más poderoso? Mariano Rajoy. Es cierto que él sería un perfecto ministro de Economía, ya que su lema es "dejar hacer"... aunque a sus barones regionales. Alguno, como Camps, se lo ha comido por los pies. Gabino de Lorenzo y su tropa le ha costado Asturias al PP. Y él lo ha permitido. Pero a la castiza pregunta "¿quién manda aquí?", la respuesta más común será Mariano Rajoy.
El otro día leí que ya hay periodistas diciéndole aquello de "yo siempre te apoyé, Mariano". He visto esa actitud, aunque hacia el Gobierno, en no pocos compañeros tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros, de modo que no me extrañaría. Recuerdo cómo cambiaron los medios de comunicación cuando todo indicaba que Aznar ganaría finalmente en 1996. A días de las elecciones, todos le ungieron. Hasta El País le daba una de cal y otra de arena. Este domingo también El País presenta a Rubalcaba como el hombre del cambio y a Rajoy como el hombre del recambio. Nos vamos a tener que frotar los ojos para creer los cambios de chaqueta de que vamos a ser testigos.