El resultado de la encuesta del CIS no es tan malo para el PSOE como pudiera parecer. Esto se debe a dos motivos fundamentales: no se trata de resultados tan contundentes que el tiempo no erosione y, por otro lado, el estudio se hizo antes de la renuncia de Zapatero a presentarse como candidato a las elecciones de 2012.
Según los resultados que muestra el CIS, la victoria en municipios y comunidades por parte del PP se produce por márgenes pequeños y en lugares donde ya ganaba pero la coalición de los otros partidos impedía que el resultado electoral se tradujera en gobierno. Es el caso de Extremadura, donde gana, pero la suma de PSOE e IU da mayor número de escaños. Lo mismo ocurre en las Islas Baleares: ya ganaba antes, pero la caída del PSOE hace que la coalición múltiple sea inútil. Otro tanto ocurre en Asturias, donde la división entre el PP y el Foro de Álvarez Cascos hace que su mayoría absoluta esté a un solo escaño del grupo que sumarían PSOE e IU. La victoria de Cospedal en Castilla-La Mancha se produce también por un único diputado, 25 a 24.
El PP mantendría su hegemonía en Madrid, Comunidad Valenciana, La Rioja, Murcia, Castilla y León, Ceuta y Melilla, donde siempre. El PSOE conservaría Aragón, e incluso Canarias, dada la fragmentación del voto que se aventura en las islas y la capacidad de los socialistas para llegar a acuerdos poselectorales. Navarra y Cantabria quedarían en manos de los regionalistas con el apoyo de los socialistas.
Y en cuanto a las alcaldías, el panorama es muy similar; es decir, el PP puede ganar Sevilla por un escaño, mantener las ciudades de siempre –Madrid y Sevilla–, y poco más. En Zaragoza y Santiago de Compostela gobernarían los socialistas pactando. Barcelona sería para CiU, y bajarían PSC y PP. En Vitoria, ganaría el PP, que gobernaría con el PSE.
A esto tenemos que sumar el que la encuesta del CIS se hizo cuando aún el votante pensaba que Zapatero podría ser el candidato del PSOE, lo que era un lastre para las expectativas socialistas. De hecho, en cuanto han podido se lo han quitado de encima. Las ilusiones, fundadas o no, que los electores de izquierda puedan hacerse ante un candidato nuevo, Rubalcaba o Chacón, pueden resucitar al moribundo voto socialista.
En definitiva; en el peor momento del Gobierno socialista, al borde de la intervención de la Unión Europa, con el descrédito internacional y el paro sobrepasando largamente los 4 millones de parados, el PSOE cae derrotado en las encuestas pero no mucho; o si se quiere, el PP no gana de una forma apabullante. Todo parece pender de un hilo, de un voto, y dada la histórica capacidad de remontada de los socialistas y la constante ocultación del voto al poder, es lógico que los populares no estén muy satisfechos. ¿Cómo es posible que en esta situación económica y social no barran en las encuestas, que es gratis? Algo falla y no dan con la clave.