A mi, el médico me mintió, adelantando una semana la fecha de salida de cuentas. Cuando llegó el momento, evidentemente yo todavía estaba muy "verde", y quiso ingresarme para cesárea. Yo me negué (yo también sabía echar cuentas), y quise llegar a término. Un día antes, me puse de parto. Entre la primera contracción y la llegada del bebé pasaron 6 horas.
Fue todo muy tenso, y no sé como me cosió la episotomía, pero tuve dolores hasta que tras el parto de mi segundo hijo, me la rehicieron.
Estoy segura de que cobran más por cesárea que por parto natural.
Esto fue en Valencia, año 2004.
mamenrg:
No entiendo mucho de esto, pero estoy de acuerdo. No se porqué me da a mi que la gravedad y la postura en cuclillas ayudan mucho en los partos, aunque sea muy incómodo para los médicos. No hay más que ver que, cuando la mujer tiene que parir tumbada, el nonato, para salir del útero, tiene que ascender. Que yo sepa, los bebes, por muy angelitos que sean, no caen hacia arriba.
lo primordial, no dar a luz tumbadas, hay que dar a luz de pied o de cuclillas.
Hay sillas especiales para eso.
Pero hemos dado la espalda a lo natural.
Estimado señor Jorge Alcalde
Creo que puedo firmar con usted el último párrafo. Creo que también comparto con usted la inquietud por el número inadecuado de cesáreas.
Afirmo también con rotundidad que cuando existen factores de riesgo asociados al parto (prematuridad, multiparidad, bajo peso, problemas de salud de la madre...) deben ser tratados en un centro hospitalario.
Disiento sin embargo que, en partos de bajo riesgo, "Se mire como se mire, la mejor manera de venir al mundo es en un hospital moderno, preparado, con la última tecnología médica al alcance y el mejor personal especializado acompañándonos". Lo siento, la evidencia científica no apoya esta afirmación. Y es importante ser rigurosos. El propio estudio que usted cita (supongo que será el de la AJOG publicado en 2010) reconoce que, cuando en la comparación sólo se consideran los partos en casas realizados con asistencia sanitaria (que no debería faltar en ningún parto) no hay diferencias en la mortalidad neonatal y sí ventajas en otros aspectos de la salud de la madre y el bebé.
Esto mismo ha sido probado en otros estudios rigurosos en Holanda, Canadá y Reino Unido.
En España no es posible hacer una investigación precisa por falta de registros adecuados. Sin embargo, la aproximación más fiable al respecto recientemente publicada por la Universidad de Alicante y Educer, apunta también a que no hay diferencias significativas, por lo menos en cuanto a mortalidad infantil.
Desde esta evidencia científica hemos de pensar que la hospitalización, valiosa y necesaria en muchos partos, no es necesariamente la mejor opción para todas las mujeres. Por ello, más que imponer un único modelo de atención la libertad de elección de la madre puede ser la que mejores resultados de seguridad y satisfacción nos permita obtener.
Tonterías las precisas. (Un ginecólogo de batalla).