El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, dice que los palestinos no tolerarán ninguna presencia israelí en la frontera entre un futuro Estado palestino y Jordania. Pero la cuestión es si Jordania quiere verdaderamente tener palestinos en sus fronteras. En reuniones privadas, altos cargos jordanos han dejado claro off the record que prefieren a Israel en su frontera común.
Abás declaró en un discurso durante una ceremonia de graduación universitaria en Jericó que las fronteras del Estado palestino irían desde el Mar Muerto, al sur, hasta la localidad de Bet Shean, en el norte, atravesando el valle del Jordán. El presidente palestino afirmó:
Es una frontera jordano-palestina, y lo seguirá siendo. La responsabilidad de la seguridad fronteriza estará en manos de los palestinos.
Los comentarios de Abás se produjeron después de que hubiera filtraciones palestinas de que, en las conversaciones de paz secretas, patrocinadas por Estados Unidos, Israel está exigiendo tener control completo sobre la frontera con Jordania.
Israel, por supuesto, tiene sus propias razones para renunciar a ceder el control sobre el estratégico Valle del Jordán. La mayor preocupación israelí es que la frontera con Jordania sirva a grupos terroristas palestinos y organizaciones fundamentalistas islámicas para introducir armas y terroristas en la Margen Occidental y en Israel. Sin embargo, hay otro motivo por el que se opone enérgicamente a ceder el control sobre su frontera jordana a la Autoridad Palestina o a terceros. No es ningún secreto que los jordanos llevan tiempo preocupados por las repercusiones de la presencia palestina en sus fronteras. En una reciente reunión informativa a puerta cerrada con un agente de seguridad jordano de alto rango, a éste se le preguntó por la postura de Amán respecto a la posibilidad de que los palestinos pudieran reemplazar algún día a Israel en la frontera con Jordania, y respondió:
No lo quiera Dios. Hemos dejado claro repetidas veces al lado israelí que no estaremos de acuerdo con la presencia de terceros en nuestras fronteras.
El agente explicó que la postura jordana no era nueva:
Ha sido nuestra posición desde 1967. El difunto rey Husein se la dejó clara a todos los Gobiernos israelíes, y ahora Su Majestad el rey Abdalá sigue comprometido con ella.
La oposición de Jordania a poner bajo control palestino los pasos fronterizos con la Margen Occidental no obedece sólo a preocupaciones por la seguridad. Por supuesto, éstas no carecen de fundamento, especialmente en vista de lo sucedido en los últimos años en la frontera entre Egipto y Gaza. Ahora los egipcios están pagando muy caro el haber descuidado durante las últimas décadas su frontera con la Franja. En este tiempo, el Sinaí se ha convertido en un vivero de grupos terroristas vinculados a Al Qaeda que ahora suponen una grave amenaza para la seguridad nacional egipcia.
Junto a las cuestiones de seguridad, a los jordanos también les inquietan las implicaciones demográficas que entrañan una seguridad y una presencia de civiles palestinos al otro lado de la frontera. Como un veterano diplomático jordano contó en una ocasión a colegas israelíes durante una reunión privada, su peor pesadilla es que, una vez se otorgue el control de la frontera a los palestinos, miles de ellos entren en Jordania desde su futuro Estado.
Los jordanos ya tienen un problema con el hecho de que la población de su reino sea de mayoría palestina (según algunos, ya ha superado el 80%). Lo último que quieren es ver a miles de palestinos trasladándose a Jordania desde la Margen Occidental o la Franja de Gaza.
Pese a que los jordanos no participan en las actuales conversaciones de paz entre la Autoridad Palestina e Israel, esperan que los israelíes no se precipiten en abandonar el control de la seguridad de su extensa frontera con el reino. Comprensiblemente, el monarca jordano no puede manifestar públicamente su postura, por miedo a que árabes y musulmanes lo acusen de traición y de colaboración con el "enemigo sionista".
Los egipcios saben ahora algo de lo que los jordanos han sido conscientes desde hace mucho: de que una frontera común con Fatah, con Hamás o con cualquier otro grupo palestino es una fórmula para la inestabilidad y la anarquía. Seguro que Egipto añora los días en que las Fuerzas de Defensa de Israel estaban en su frontera con Gaza.
Incluso si las fuerzas de Abás consiguieran mantener inicialmente la seguridad y el orden en la frontera jordana, no hay garantías de lo que pudiera suceder en el futuro. Entre 2005 y 2007, sus fuerzas de seguridad controlaron el principal paso fronterizo entre la Franja y Egipto... antes de que Hamás las expulsara.
La estabilidad y la paz de Jordania van en interés de Israel; que se debilitara la seguridad del reino hachemita le supondría muchos problemas. Para prevenir semejante posibilidad, Israel deberá tener en cuenta los temores e intereses del rey Abdalá cuando alcance un acuerdo con la Autoridad Palestina de Abás, si es que llega a hacerlo.
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