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Jaime de Piniés

Movimientos de la Sociedad Civil

Cada vez se nota más la presencia de la Sociedad Civil en España. Dos ejemplos importantes son el documento Transforma España de la Fundación Everis, firmado por lo más selecto del poder económico-financiero del país, y el movimiento del 15 M.

Cada vez se nota más la presencia de la Sociedad Civil en España. Dos ejemplos importantes son el documento Transforma España de la Fundación Everis, firmado por lo más selecto del poder económico-financiero del país, y el movimiento del 15 M que recogía la indignación del ciudadano de a pie y que ahora parece representar la protesta anti-sistema. El primero es la faceta elite de la Sociedad Civil; el segundo, el populismo. Posiciones extremas, pero que sin embargo coinciden en un punto: la apreciación de que los políticos en España se han desbordado, ejerciendo un control que doblega al poder legislativo a su voluntad (o al de los nacionalistas), paraliza el poder judicial y obliga a los medios de comunicación a seguir el camino del clientelismo o el lento estrangulamiento económico. Está claro, en España los políticos solo temen a las elecciones y mediante la LOREG (Ley Orgánica de Régimen Electoral General) el resultado suena a épocas muy pasadas. Es decir, todo ello está atado y bien atado para reforzar y consolidar, aún más, a los dos partidos nacionales mayoritarios.

La vertiente elite de la Sociedad Civil emplea argumentos contundentes e intenta que su mensaje cale y logre el cambio. El movimiento del 15 M apuesta por la calle con consignas llamativas y, como hemos tenido ocasión de ver, si para ello tienen que pisar los derechos de otros ciudadanos parece no importarles.

En un análisis del informe Transformar España, uno de los artífices del mismo, D. Eduardo Serra, expuso y debatió en el Foro Arrupe las principales líneas del documento. Se aboga por cambios que puedan crear un revulsivo desde el propio sistema para conseguir una España más justa, competitiva y, en definitiva, más atractiva para la inversión. Una España en la que nuestros hijos más competentes quieran quedarse y no la sangría actual en la que los jóvenes y no tan jóvenes, si pueden, emigran. Cambios desde una óptica intelectual, con el surgimiento de nuevos partidos políticos. De estas palabras del Sr. Serra se puede inferir que partidos como UPyD podrían ser parte de la solución. Partidos frescos sin tantos intereses creados, claramente nacionales, que propicien una bisagra al bipartidismo establecido y que rompan los manidos apoyos-a cambio de, que tan efectivamente gestionan partidos periféricos eminentemente sesgados hacia conveniencias locales y que, a la postre, son los que han acabado definiendo el futuro de todo el país.

La crisis que se está viviendo en este momento en España no tiene parangón con otras habidas en el pasado reciente. A nadie se le escapa que vivimos un momento de crisis de deuda soberana. En este sentido, España preocupa sobre todo por el impacto del estado de las Autonomías que es sinónimo de despilfarro, descontrol y falta de transparencia. Son las CCAA las que más han hecho crecer la deuda pública en los últimos años. Dicho de otra forma y en clave de la Sociedad Civil, hemos consentido que los políticos desborden el gasto público autonómico y no hemos sido capaces de exigirles un control efectivo. El problema lo han creado los políticos pero es la sociedad la que tiene que retomar las riendas del control. Y, de nuevo, que surjan voces bien a través de plataformas civiles o de nuevos partidos; es la clave para iniciar el nuevo camino. Sirva otro ejemplo dado por UPyD que ha sido el grupo que antes profundizó y cuantifico el coste del estado autonómico o el ahorro que podría alcanzarse revisando el número de municipios en España.

Luego, bienvenidos sean cuanto más movimientos de la Sociedad Civil, ahora bien, una estricta condición: que se respeten los derechos de los demás.

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