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Los meses de la basura

Al final dejan a España tirada, carcomiéndose por la crisis, y adelantan las elecciones por un repunte estacional para su beneficio particular. Y aún esperarán que les voten.

Cuando el PSOE se llevó el monumental revolcón electoral del 22-M, Zapatero argumentó que no habría adelanto electoral porque aún tiene que sacar adelante las reformas económicas. Es verdad que dichas reformas son necesarias. Y que son urgentes. Pero, precisamente por ello, lo mejor es que haya adelanto electoral. Nuestra economía tiene exactamente el sistema laboral que le gusta al presidente: rígido, repleto de exigencias y cuotas, y gobernado de facto por los sindicatos, que imponen los salarios de los demás desde ese órgano de planificación central que es la negociación colectiva. Tenemos el modelo competitivo que él ha fabricado, repleto de trámites, impuestos y normas. Y, por supuesto, España disfruta del peso estatal que el socialismo ha impuesto. ¿Alguien se cree que, en estos últimos meses, Zapatero se va a poner a implantar con urgencia las medidas contrarias a las que lleva toda su vida defendiendo y aplicando?

Todo el mundo sabe que esas imprescindibles reformas a las que el presidente se agarra como a un clavo ardiendo van a ser, en realidad, no-reformas. Serán amagos, gestos y frases floridas que den apariencia de reforma, pero tan vacías como de costumbre. De hecho, una de las más importantes, la de la negociación colectiva, ya se ha visto que la están reescribiendo para dejarla igual. Ahora la actualidad política ha caído como en una especie de periodo de aburrimiento del que no se espera nada. Sólo que pase pronto. Vivimos los meses de la basura de la legislatura. Y parece que hasta los socialistas se han dado cuenta. Es cierto que Zapatero prometió que no habría adelanto electoral, pero ya conocemos la credibilidad del personaje. Como escribió en una ocasión el gran Ignacio Camacho en ABC, "sus criterios más sólidos duran apenas unas semanas; los menos comprometidos se disipan en cuestión de horas". Es decir, que posiblemente lo habrá.

Cuentan los principales periódicos que los socialistas se preparan para un adelanto de las generales a noviembre. No porque quieran terminar con la agonía, y dejar que sean otros los que implementen las reformas. Ni siquiera porque hayan captado el mensaje dado por los españoles en las urnas. El argumento que han filtrado a los periódicos es que en noviembre podrán aprovecharse del repunte del empleo estacional debido a los puestos de trabajo ligados al verano. Supongo que cuentan que con este argumento han echado por tierra los dos únicos argumentos que Rubalcaba podía esgrimir en la disputa electoral. El primero, que ya están sentadas las bases para salir de la crisis. Evidentemente, si consideran que en noviembre habrá menos paro que en marzo, será porque seguiremos yendo a peor. Y segundo, que el PSOE olvidaría sus intereses y haría lo que "convenga a España". Pero al final dejan a España tirada, carcomiéndose por la crisis, y adelantan las elecciones por un repunte estacional para su beneficio particular. Y aún esperarán que les voten.

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