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Ignacio Moncada

El PSOE ante el abismo

El PSOE corre riesgo de desaparecer. No sólo ha sufrido una severa derrota electoral, sino que padece una profunda crisis ideológica. El Partido Socialista no ha perdido, sino que ha sido rechazado por la gente.

Emilio Campmany resumió con brillantez el Comité Federal celebrado por el PSOE tras el batacazo electoral: "se les ve decididos a persistir en el error con tal de asegurarse que seguirán siendo los mismos los que pierdan". Y es que el PSOE corre riesgo de desaparecer. No sólo ha sufrido una severa derrota electoral, sino que padece una profunda crisis ideológica. El Partido Socialista no ha perdido, sino que ha sido rechazado por la gente. No es una cuestión de errores ideológicos menores. Las ideas socialistas se han demostrado fracasadas y han situado a España al borde de la quiebra financiera y en una honda depresión económica. Esta imagen tardará en borrarse de la retina de los españoles. Y la gran mayoría la tendrá presente cada vez que llegue el momento de volver a votar.

El PSOE, ante el abismo que hoy se abre bajo sus pies, sólo acierta a emitir balbuceos políticos. Ha quedado sonado, y deambula perdido por la lona buscando a su oponente días después de que acabara el combate. Rubalcaba ha tomado la iniciativa en el desconcierto y promete más de lo mismo. No existe la autocrítica para quien ha arruinado España. El ayer candidato socialista actúa como si no tuviera que ver con lo ocurrido. Es más, como si el PSOE no tuviera culpa de la depresión que sufre España ni del desmoronamiento del partido. Pareciera que no se debe más que a causas externas, a conspiraciones etéreas de los malvados mercados. Lo único que habría que debatir sería entre ponerle una cara nueva a las mismas ideas oxidadas, o mantener a un líder veterano, léase Rubalcaba, capaz de mantener el partido unido bajo las mismas consignas y principios errados.

Si el Partido Socialista opta por intentar recuperar el poder con urgencia, tomando atajos, sin autocrítica ni revisar su ideario, fracasará. No sólo no conseguirá recuperar el poder ante una España temporalmente vacunada contra el populismo socialista, sino que pospondrá la necesaria catarsis que necesita el partido. Ahora le tocan unos años de reflexión y enmienda que pueden alargarse más de lo que les gustaría. Deben revisar su doctrina económica, sus bases teóricas y su oferta política y moral, y refundar una alternativa de izquierdas acorde con nuestros tiempos. Deben analizar su oportunista relación con los nacionalismos, su aversión a la libertad económica y su tendencia al dirigismo de la sociedad desde arriba. De lo contrario, puede que no encuentren hueco en la España del siglo XXI. Otro partido, como UPyD, podría barrer al PSOE y pasar a ocupar de forma mayoritaria el centro-izquierda español. Las urnas no tienen piedad. Es el momento de que el Partido Socialista decida entre la catarsis ideológica o precipitarse por el abismo ante el que hoy se encuentra.

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