Yo ya expuse mi posición al respecto en esta web, y la sigo manteniendo, pero en Estados Unidos la cosa está que arde entre el público cristiano. Se dan, como aquí, dos posturas; la que ve en el film una propaganda pro-eutanasia a lo Mar adentro, y los que, como un servidor, pensamos que Eastwood en ningún momento manipula al espectador (ojo, independientemente de lo que el cineasta piense sobre el tema).
El crítico y filólogo Ted Baehr, responsable de Movieguide.org (una guía familiar de cine), y miembro de la Comisión Cristiana del Cine y la Televisión (The Christian Film & Television Commission), define el film como “anti-cristiano y anti-católico”. Por su parte Michael Medved, al que pueden conocer por su web michaelmedved.com, ha declarado que las nominaciones de Million Dollar Baby –como las de Vera Drake, Kinsey y Mar adentro- “demuestran cuán profunda y patológica es la incomodidad de Hollywood frente a la religiosidad tradicional que abraza la mayoría de su público tradicional”. Desde luego Vera Drake, estrenada aquí como El secreto de Vera Drake, es una propaganda proabortista mucho más ideológica que la película de Amenábar. Y la polémica Kinsey es obscena pero inofensiva por lo pueril de sus propuestas en materia de sexo.
Sin embargo, el crítico David DiCerto, del Catholic News Service, cree que la película no defiende para nada la eutanasia. El famoso escritor cinematográfico y premio Pulitzer Roger Ebert –y que huele a masón- afirmó una cosa que es cierta: “¿Qué clase de películas se harían si los personajes siempre hicieran lo moralmente correcto?”. Esta es, a mi modo de ver, la perspectiva para mirar el film de Eastwood. ¿Es El Padrino una defensa del crimen y de la violación de la ley sólo porque su protagonista es un mafioso? ¿Es Muerte en Venecia una declaración pro-gay? En absoluto, aunque Visconti lo fuera.