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La Santa Sede pide al gobierno español una lectura atenta de todo el discurso del Papa
Auschwitz, una mancha vergonzosa para la humanidad
Más de 200 asociaciones piden que el Gobierno dialogue con los católicos
El cardenal López Trujillo pide a los gobiernos diálogo con las familias, reflexión y racionalidad
La diócesis de Córdoba hace memoria de sus mártires
Mensaje del Papa para la Cuaresma 2005
Los horrores de Auschwitz
La Santa Sede pide al gobierno español una lectura atenta de todo el discurso del Papa
 
La Santa Sede ha pedido el gobierno español «una atenta lectura» del discurso que Juan Pablo II dirigió este 24 de enero a obispos españoles en visita ad limina, después de que el Ejecutivo convocara por sorpresa al nuncio apostólico en Madrid para manifestarle su extrañeza por algunos contenidos del mencionado discurso. El director de la Oficina de Información de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls entregó el jueves pasado una declaración a la prensa internacional en la que además de esa recomendación, se felicitaba por la voluntad de diálogo expresada por el Gobierno español, y aseguraba que esa ha sido siempre la disposición de la Iglesia.
 
 
Auschwitz, una mancha vergonzosa para la humanidad
 
Para la Santa Sede el horror del nazismo, que llevó al intento de exterminar a todo un pueblo como el judío, o de acabar con la vida de personas como los gitanos o los homosexuales, sigue siendo «una mancha vergonzosa en la historia de la humanidad». El arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, trazó esta conclusión al intervenir ante la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicada a la conmemoración del sexagésimo aniversario de la liberación de los campos de concentración del nazismo por las Fuerzas Aliadas.
 
«Hoy contemplamos las consecuencias de la intolerancia al recordar a todos aquellos que se convirtieron en objetivo de la ingeniería política y social de los nazis, elaborada a tremenda escala y utilizando una brutalidad deliberada y calculada», reconoció el prelado italiano. «Aquellos que eran considerados como inútiles para la sociedad -los judíos, los pueblos eslavos, los gitanos, los discapacitados, los homosexuales, entre otros- fueron destinados al exterminio», denunció. «Aquellos que se atrevieron a oponerse al régimen con sus palabras y con los hechos -políticos, líderes religiosos, ciudadanos privados-, pagaron con frecuencia su oposición con sus vidas», siguió diciendo. «Se estudiaron las condiciones para hacer que los seres humanos perdieran su dignidad esencial y se les despojara de toda decencia y sentimiento humano», constató el representante de Juan Pablo II ante la ONU. «Esos campos de muerte testimonian también un plan sin precedentes que buscaba la exterminación sistemática y deliberada de un todo un pueblo, el pueblo judío», la «Shoah», siguió recalcando. Este Holocausto, afirmó, «acaecido en uno de los capítulos más oscuros del siglo XX, es único en su género y sigue siendo todavía una mancha vergonzosa en la historia de la humanidad ante la conciencia de todos».
 
 
Más de 200 asociaciones piden que el Gobierno dialogue con los católicos
 
Más de 200 asociaciones, en su mayoría católicas, han creado un «Pacto por los derechos y las libertades» del que ha surgido un manifiesto en el que expresan su decisión de movilizarse «en defensa de los derechos humanos y en particular de los relativos a la dignidad de la persona, al matrimonio, la familia, la educación, la justicia social y el ejercicio efectivo de la libertad de enseñanza y la religión». En la presentación del pacto y el manifiesto, que tuvo lugar el miércoles pasado el presidente de E-Cristians e impulsor de este mismo pacto en Cataluña, Josep Miró i Ardévol, declaró que aunque tienen planeado un acto en un lugar cerrado, no desechan la idea de organizarlo en un lugar abierto, pero que en su calendario no entra por el momento convocar una manifestación.
 
Entre las asociaciones que se han adherido al pacto, figuran Profesionales por la Ética, Schönstatt, Unidos por la Vida, ATR (agrupación de Telespectadores y Radioyentes), Ucip-E, Acción Católica General de Madrid, Adoración Nocturna Femenina Española, AVA, Movimiento Familiar Cristiano, Focolares, y Renovación Carismática Católica, entre otros.
 
En el manifiesto se critica que «el Gobierno, a pesar de sus reiteradas manifestaciones por el diálogo, no lo practica con las organizaciones que representan a los católicos y aquellas otras entidades que coinciden con nosotros en los valores fundamentales de la vida y la sociedad, que constituimos una parte muy importante de la sociedad civil». En este punto, denuncian que «el Gobierno ha desencadenado un alud de cambios legislativos y actuaciones» sin atender a ninguna de sus razones, y por eso consideran que el Gobierno le ha declarado excluidos. Esta falta de interlocución del Gobierno es uno de los motivos por los que se ha creado el Pacto, desde el que se exige «un respeto por la vía de los hechos» a sus creencias y valores, y exigen que se establezca una mesa de diálogo con ellos, ya que piensan que «los gobiernos ignoran sistemáticamente, cuando no menosprecian, los planteamientos que nacen de sectores confesional o culturalmente cristianos».
 
 
El cardenal López Trujillo pide a los gobiernos diálogo con las familias, reflexión y racionalidad
 
El presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el cardenal Alfonso López Trujillo, reclamó la semana pasada en Barcelona que los gobiernos realicen una “consulta más cuidadosa de lo que piden las familias”, en unas jornadas sacerdotales celebradas en Castelldaura que han reunido a más de 150 sacerdotes de Cataluña.
La llamada al diálogo fue acompañada de una llamada “a la reflexión y a la racionalidad”, para evitar “ciertos proyectos que interesan mínimamente”, en opinión del cardenal. “Algunas concepciones de extraña modernidad están en contradicción con lo que la inmensa mayoría de pueblos han defendido y defienden”, señaló.
 
En concreto, el cardenal calificó de “confusión conceptual” la aplicación del término “familia” a otras formas de convivencia y sostuvo que, a pesar de que se han producido cambios –no sustanciales-, “el modelo de familia continúa siendo el mismo, el de padre, madre e hijos”. El presidente del Consejo Pontificio para la Familia se refirió a iniciativas que erosionan la familia, como la legalización de las parejas de hecho, “que no quieren ser algo legal, estable, ante la sociedad y, no obstante, quieren beneficiarse de los efectos legales que la ley reconoce al matrimonio”, y las uniones de hecho de personas del mismo sexo.

Sin embargo, el responsable de las cuestiones relacionadas con la familia en la Santa Sede expresó su confianza en que las propias familias reaccionarán pronto al ver el efecto de la crisis actual en sus hijos y las alentó a defender con convencimiento y testimonio la validez de la familia en la sociedad actual.

“La familia es ante todo patrimonio de la humanidad”, reiteró el cardenal López Trujillo, una institución “natural para creyentes y no creyentes”, que lleva a la Iglesia a “preocuparse no sólo del matrimonio como sacramento, sino también del matrimonio en sí mismo”.
 
 
La diócesis de Córdoba hace memoria de sus mártires
 
El pasado 22 de enero se abría en la catedral de Córdoba, con una misa en el rito hispano-mozárabe, un año jubilar diocesano con motivo del XVII centenario del martirio de los santos Acisclo y compañeros, más conocidos como los Santos Mártires. El año se clausurará el próximo 26 de noviembre, en la festividad de estos santos. José Juan Jiménez, delegado diocesano de medios, explicaba la semana pasada el significado del lema del año jubilar: “Sin la Eucaristía no podemos vivir”, procede de la confesión de fe de los mártires de Cartago, y se ha elegido para relacionar el jubileo con el Año de la Eucaristía que celebra la Iglesia universal.

El año se plantea dos objetivos, según Jiménez: “recuperar la memoria histórica del cristianismo en nuestra tierra”, y “descubrir la contemplación eucarística como fuente de la unidad y del testimonio de los cristianos”.
 
Los cristianos cordobeses Acisclo, Zoilo, Fausto, Jenaro y Marcial, fueron martirizados bajo Diocleciano poco después del diácono san Vicente. De hecho, recordó Jiménez, “la catedral, la anterior mezquita, está construida sobre una basílica cristiana dedicada a san Vicente Mártir, cuyos restos arqueológicos han sido recientemente recuperados”. Precisamente, la recuperación de la antigua basílica es uno de los objetivos del año jubilar, y entre otros actos de la apertura, se organizó allí un acto de veneración de las reliquias de los Santos Mártires, que se custodian en la parroquia cordobesa de San Pedro.
 
Otros actos importantes, además de la publicación de un libro sobre los Santos Mártires, serán, según informó José Juan Jiménez, un ciclo de catequesis sobre el martirio y la eucaristía, y “encuentros de jóvenes en lugares retirados de la ciudad donde hay constancia de que otros cristianos fueron martirizados”, así como una exposición sobre los mártires, aunque este extremo está aún pendiente de confirmarse.
 
 
Mensaje del Papa para la Cuaresma 2005
 
«En Él está tu vida, así como la prolongación de tus días»
¡Queridos Hermanos y Hermanas!
 
1. Cada año, la Cuaresma nos propone un tiempo propicio para intensificar la oración y la penitencia y para abrir el corazón a la acogida dócil de la voluntad divina. Ella nos invita a recorrer un itinerario espiritual que nos prepara a revivir el gran misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo, ante todo mediante la escucha asidua de la Palabra de Dios y la práctica más intensa de la mortificación, gracias a la cual podemos ayudar con mayor generosidad al prójimo necesitado.

Es mi deseo proponer este año a vuestra atención, amados Hermanos y Hermanas, un tema de gran actualidad, ilustrado apropiadamente por estos versículos del libro del Deuteronomio: «En Él está tu vida, así como la prolongación de tus días» (30,20). Son palabras que Moisés dirige al pueblo invitándolo a estrechar la alianza con el Señor en el país de Moab, «Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a Él» (Dt 30, 19-20). La fidelidad a esta alianza divina, constituye para Israel una garantía de futuro, «mientras habites en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob» (Dt 30,20). Llegar a la edad madura es, en la visual bíblica, signo de la bendición y de la benevolencia del Altísimo. La longevidad se presenta de este modo, como un especial don divino.
 
Desearía que durante la Cuaresma pudiéramos reflexionar sobre este tema. Ello nos ayudará a alcanzar una mayor comprensión de la función que las personas ancianas están llamadas a ejercer en la sociedad y en la Iglesia, y, de este modo, disponer también nuestro espíritu a la afectuosa acogida que a éstos se debe. En la sociedad moderna, gracias a la contribución de la ciencia y de la medicina, estamos asistiendo a una prolongación de la vida humana y a un consiguiente incremento del número de las personas ancianas. Todo ello solicita una atención más específica al mundo de la llamada «tercera edad», con el fin de ayudar a estas personas a vivir sus grandes potencialidades con mayor plenitud, poniéndolas al servicio de toda la comunidad. El cuidado de las personas ancianas, sobre todo cuando atraviesan momentos difíciles, debe estar en el centro de interés de todos los fieles, especialmente de las comunidades eclesiales de las sociedades occidentales, donde dicha realidad se encuentra presente en modo particular.
 
2. La vida del hombre es un don precioso que hay que amar y defender en cada fase. El mandamiento «No matarás», exige siempre el respeto y la promoción de la vida, desde su principio hasta su ocaso natural. Es un mandamiento que no pierde su vigencia ante la presencia de las enfermedades, y cuando el debilitamiento de las fuerzas reduce la autonomía del ser humano. Si el envejecimiento, con sus inevitables condicionamientos, es acogido serenamente a la luz de la fe, puede convertirse en una ocasión maravillosa para comprender y vivir el misterio de la Cruz, que da un sentido completo a la existencia humana.

Es en esta perspectiva que el anciano necesita ser comprendido y ayudado. Deseo expresar mi estima a cuantos trabajan con denuedo por afrontar estas exigencias y os exhorto a todos, amadísimos hermanos y hermanas, a aprovechar esta Cuaresma para ofrecer también vuestra generosa contribución personal. Vuestra ayuda permitirá a muchos ancianos que no se sientan un peso para la comunidad o, incluso, para sus propias familias, y evitará que vivan en una situación de soledad, que los expone fácilmente a la tentación de encerrarse en sí mismos y al desánimo.

Hay que hacer crecer en la opinión pública la conciencia de que los ancianos constituyen, en todo caso, un gran valor que debe ser debidamente apreciado y acogido. Deben ser incrementadas, por tanto, las ayudas económicas y las iniciativas legislativas que eviten su exclusión de la vida social. Es justo señalar que, en las últimas décadas, la sociedad está prestando mayor atención a sus exigencias, y que la medicina ha desarrollado terapias paliativas que, con una visión integral del ser humano, resultan particularmente beneficiosas para los enfermos.

3. El mayor tiempo a disposición en esta fase de la existencia, brinda a las personas ancianas la oportunidad de afrontar interrogantes existenciales, que quizás habían sido descuidados anteriormente por la prioridad que se otorgaba a cuestiones consideradas más apremiantes. La conciencia de la cercanía de la meta final, induce al anciano a concentrarse en lo esencial, en aquello que el paso de los años no destruye. Es precisamente por esta condición, que el anciano puede desarrollar una gran función en la sociedad. Si es cierto que el hombre vive de la herencia de quien le ha precedido, y su futuro depende de manera determinante de cómo le han sido transmitidos los valores de la cultura del pueblo al que pertenece, la sabiduría y la experiencia de los ancianos pueden iluminar el camino del hombre en la vía del progreso hacia una forma de civilización cada vez más plena.

¡Qué importante es descubrir este recíproco enriquecimiento entre las distintas generaciones! La Cuaresma, con su fuerte llamada a la conversión y a la solidaridad, nos ayuda este año a reflexionar sobre estos importantes temas que atañen a todos. ¿Qué sucedería si el Pueblo de Dios cediera a una cierta mentalidad actual que considera casi inútiles a estos hermanos nuestros, cuando merman sus capacidades por los achaques de la edad o de la enfermedad? ¡Qué diferentes serán nuestras comunidades si, a partir de la familia, trataremos de mantenernos siempre con actitud abierta y acogedora hacia ellos!
 
4. Queridos hermanos y hermanas, durante la Cuaresma, ayudados por la Palabra de Dios, meditemos cuán importante es que cada comunidad acompañe con comprensión y con cariño a aquellos hermanos y hermanas que envejecen. Además, todos debemos acostumbrarnos a pensar con confianza en el misterio de la muerte, para que el encuentro definitivo con Dios acontezca en un clima de paz interior, en la certeza que nos acogerá Aquel «que me ha tejido en el vientre de mi madre» (Salmo 139,13b), y nos ha creado «a su imagen y semejanza» (Génesis l, 26).

María, nuestra guía en el itinerario cuaresmal, conduzca a todos los creyentes, especialmente a las personas ancianas, a un conocimiento cada vez más profundo de Cristo muerto y resucitado, razón última de nuestra existencia. Ella, la fiel sierva de su divino Hijo, junto a Santa Ana y a San Joaquín, intercedan por cada uno de nosotros «ahora y en la hora de nuestra muerte».
 
Con afecto os imparto mi Bendición.
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