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CONGRESO MUNDIAL DE TELEVISIONES CATÓLICAS

La novedad cristiana en los medios

Madrid es, durante esta semana, la capital del mundo de las televisiones católicas. Estamos inmersos en un imparable alumbramiento de una nueva forma de relacionarnos con los medios de comunicación, de una nueva horma de entender, de consumir y de integrar la televisión en el resto de la esfera de los medios.

Madrid es, durante esta semana, la capital del mundo de las televisiones católicas. Estamos inmersos en un imparable alumbramiento de una nueva forma de relacionarnos con los medios de comunicación, de una nueva horma de entender, de consumir y de integrar la televisión en el resto de la esfera de los medios.
Institución Teresiana Santa María de los Negrales, sede del Congreso

En España, los medios católicos son paraguas de libertad; siempre lo han sido y previsiblemente siempre lo serán, aún dentro de la incertidumbre propia de las obras humanas. La verdad nos hace libres y la libertad, verdaderos. No será difícil que quien quiera, en un futuro, chantajear a la Iglesia utilice a sus medios y a sus mediadores. Muchas, demasiadas cosas han ocurrido en España en los últimos años para que la indiferencia y el adormecimiento moral sean la tónica que facilite el desgobierno.

No sé si la editorial de Federico Jiménez Losantos, cuando previó la salida de su libro, sabría de la convocatoria a los responsables más acreditados del universo católico televisivo y comunicativo, en Madrid, para estos días. Con inusitada cientificidad se está reflexionando sobre lo que es un medio católico y lo que lo católico aporta al sistema de medios.

No debemos olvidar aquello que dijera el cardenal Herrera Oria, que de periódicos y periodistas algo sabía: para que un periódico católico lo sea, primero debemos pensar en el sustantivo, periódico, y después en el adjetivo. Lo católico no es una forma de embellecimiento del medio y de cohesión entre los mediadores. Lo católico es una manifestación de la novedad cristiana. Si hay una aportación de los medios católicos a la sociedad es la novedad cristiana en permanente ejercicio de afirmación y reafirmación para la vida de los creyentes. Como ha señalado el obispo auxiliar de Madrid, monseñor Eugenio Romero Pose, en el citado Congreso, no es la técnica ni lo recientemente descubierto sino la novedad cristiana, es decir, novedad que es Cristo que trajo toda la novedad trayendo a sí mismo.

Max WeberMucho se ha hablado y se ha culpado a los medios de la secularización intensiva y extensiva. No debemos olvidar que para no pocos al proceso de desencantamiento del mundo, en la línea de algo más que Max Weber, le ha seguido un proceso de reencantamiento y de des-secularización, con la emergencia de nuevas formas institucionales de religión y pararreligión. Hemos pasado nuevamente del mundo sacro, jaula de hierro, al profano, jaula de goma.

Podríamos, como hacen los estudiosos de la Antigüedad clásica y de la historia, comparar los espectáculos paganos con los medios de hoy. El Evangelio siempre ha generado un corte que purifica y resana la cultura ambiental. La fe ha sido siempre crítica con la cultura, y hoy debe ser más valiente, repite con insistencia Benedicto XVI.

¿En qué medida los medios católicos son hoy una avanzadilla contra la cultura dominante de lo políticamente correcto y contra la edificación de un sistema social basado en la mentira, en el cambio del sentido de las palabras, en la confrontación por la confrontación, o en el abuso de poder?

El cristiano ateniense, Atenágoras, en la segunda mitad del siglo II, escribió: "Nosotros somos en todo y siempre iguales y acordes con nosotros mismos, pues servimos a la razón y no la violentamos".
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