Son cada vez más frecuentes las consultas de católicos, a menudo padres de familia, que quieren saber cuáles son los títulos “con valores” imprescindibles en una videoteca familiar. Afortunadamente, la lista es muy larga y no cesa de crecer. Mucho más corta es otra lista, poco solicitada, pero muy interesante: ¿Qué películas expresan mejor lo esencial de la experiencia cristiana? Dicho de otra forma: ¿qué películas han traducido con más acierto visual las verdades teológicas de nuestra fe?
Mi primera recomendación es, sin dudarlo, El Festín de Babette, del danés Gabriel Axel y basado en un relato breve de Isak Dinessen. Su distribuidora en DVD es Filmax. Es posiblemente la película que mejor expresa la concepción cristiana de la vida, en la que la última palabra la tiene la Gracia. La película muestra la medida del moralismo y la compara con la sin-medida de la Gracia. El resultado es previsible. La fe vivida formalistamente se hace añicos ante la sobreabundancia de la Gracia. Babette es la Gracia: quien la acoge con sencillez recibe el ciento por uno y lo contagia a su alrededor. Todo lo contrario de la gracia que encarna Grace en Dogville, del también danés Lars von Trier. No es la Gracia cristiana: falta la misericordia.
Hay un director excepcional, que aún vive, y que traduce su fe en el cine con tanta delicadeza como seriedad. Se trata de Ermano Olmi y de El árbol de los Zuecos, casi la única película suya que podemos encontrar en DVD (la lleva Euromedia Visión). Esta historia nos muestra con sencillez y rigor cómo era la vida en una sociedad rural decimonónica informada por la fe cristiana. Aunque la trama pasa por muy diversos episodios, es la consistencia y humildad de los personajes lo que más conmueve por la cotidianidad de su pertenencia a la Iglesia.