Cabe preguntarse si es cierto que cuando los etarras asesinan en Madrid o en Sevilla, los catalanes aplauden. Esto no es un “error político”, es un delito. Además, el señuelo de la independencia total del País Vasco y de Cataluña no pasa de ser un delirio suicida, sencillamente porque en el mundo de hoy, en la Europa de hoy, es imposible. Ya sé que los listos y los “moderados” declaran que no se quedarán solos y aislados, y que si rompen con Madrid mantendrían lazos con Bruselas y la UE. Aparte del hecho de que, por ahora, la UE condena el terrorismo, y por lo tanto a ETA y sus numerosos cómplices, la construcción europea planea un recorte de soberanía de las naciones, España, Francia, Alemania, etcétera, a favor de la Comunidad Europea, y si se recorta la soberanía de las naciones, para conceder plena soberanía a las provincias, vamos derechos al caos. Lo que, también por ahora, la UE acepta, son las autonomías, pues ya las tienen, y a mi modo de ver demasiada, porque, y es sólo un ejemplo, hay mil más, pero, claro, como escritor, me interesa particularmente: el bilingüismo no quiere decir el genocidio del español, lengua que dentro de poco corre el riesgo de hablarse más en Florida o en California, que en Cataluña. Y si no les parece que es un aquelarre, lo siento por ustedes.
Yo, desde mi torre de marfil parisina, considero que el recorte de soberanía de las naciones es prematuro en la situación actual, con ese proyecto de Constitución jerarquizada, dominada por “eje del mal” franco-alemán, y que si, evidentemente, hay que mantener e impulsar una economía abierta, un mercado común ampliado, la construcción de los “Estados Unidos de Europa”, para llamarlo de alguna manera, debe de ser tan democrática como prudente. Qui va piano, va sano.
A Javier Pradera (El País. 28/01/04) sólo le preocupa de la “metedura de pata” de Carod (que podría calificarse de “conspiración golpista”) que eso podría beneficiar al PP en las próximas elecciones. Para él, como para todos los mercenarios de El País, que el PP siga gobernando constituye un infierno. Pero falto de imaginación y de argumentos, su condena de este partido es para morirse de risa. Le cito: “...Los pecados comparados perpetrados por el PP durante la pasada legislatura (desde la guerra de Irak hasta la salacidad del alcalde de Toques, pasando por el naufragio del Prestige)”. Menos mal, para él, que le queda el fútbol por televisión para consolarse de su miseria intelectual.
En cuanto a Miguel Ángel Aguilar, si escribe mejor, es aún más tonto, no domina, pese a sus meritos, la dialéctica socialburócrata. Escribe, por ejemplo, siempre en la onda de criticar la legislatura del PP y sus pecados: “del acoso de los alcaldes de Ponferrada, en León, y de Toques, en Galicia, de las compras de cuadros del Misterio de Fomento a la Galeria Marlborough”, etcétera. ¿Nos está tomando el pelo o es imbécil de nacimiento? Aparte de silenciar que se expulsaron del PP a ciertos de los acusados de acoso (¿por qué no se atreve a decir sexual?), ¿qué pasa con la Galería Marlborough? Yo vi allí excelentes exposiciones. ¿Considera que los Ministerios no tienen derecho a comprar cuadros? ¿Por qué no lo dice? Bueno, hay otras críticas, igual de necias, y no podía faltar la retahíla en El País, el PSOE, y otros, sobre el criminal sometimiento de Aznar a Bush durante la guerra de Irak.
Bueno, pues para que te enteres, yo considero que Aznar ha “salvado el honor de España” en estas circunstancias. Otro que se luce, también en El País (28/01/04), es Felipe González, quien muy largo y tendido intenta explicar por qué sin salirse de la política, ni de su partido, no será candidato a nada. Pero, claro, no nos dice que es por prudencia, porque si se limita a hacer el ganso en los “papeles”, a ser consejero de príncipes, como ex el presidente argentino De la Rúa o el tirano Fidel Castro, con los magníficos resultados de sobra conocidos, bueno, pues se le tolera, y a veces, hasta resulta divertido, pero si pretende de nuevo ser candidato a la Presidencia del Gobierno, corre el riesgo de que periodistas “malévolos”, jueces independientes (si es que quedan), sacaran a relucir sus trapos sucios, y no sólo lo del GAL, porque aunque fue lo peor (hubo muertos), no es lo único. Nos cuenta que estuvo en Chile, para intentar, como hizo en Argentina, que “ni la hierba crezca después de mi paso”. Así se vanagloriaba, dicen, Atila de sus hazañas.
Nos da Chile como ejemplo: su gobierno se opuso a la intervención militar en Irak, pero estrecha lazos comerciales con los USA. Pues México, y otros países latinoamericanos, han hecho lo mismo, y ¿qué le vamos a hacer si sus gobiernos no se dan cuenta de que el mundo es un pañuelo, si consideran que Irak no existe o le confunden con Marte? Y en cuanto a afirmar que “toda la política exterior con sus prioridades labradas en función de nuestros intereses nacionales, en el plano europeo, mediterráneo e iberoamericano, se ha ido al garete”, eso ni su esposa se lo cree, que también se retira de la política, y menos mal para la política.
Lo que todos ellos dicen, los citados y los no citados, es sencillamente una mentira, porque presentar la actitud solidaria de Aznar con la democracia norteamericana y contra la tiranía iraquí como una esquizofrenia aislada, un sometimiento personal de Aznar a Bush, en contra de la opinión de la mayoría de los países europeos, es eso, mentira, porque la mayoría de los países europeos estaba de acuerdo con el Gobierno español. Hubo matices, y el país más valiente y comprometido fue, evidentemente, Reino Unido, pero Portugal, Holanda, Italia (a medias), Polonia, y todos los países de Europa del Este, ex comunistas, etcétera, defendieron la democracia. Y también Australia. Australia siempre solidaria, defendieron la democracia. Y también Australia. Australia, siempre solidaria de las luchas por la democracia, admirable país, desconocido para Felipe González y para los demás, que sólo piensan en él en términos de canguros y rugby, y que también se portó como Dios manda.
Se puede no estar de acuerdo con la política de un gobierno, no faltaba más, pero afirmar que esa política ha tenido resultados contrarios a la realidad es mentir; España no se ha ido al garete y ni siquiera lo logrará Corad Rovira, tan amigo de hacer favores a los terroristas.