Los estados de EEUU con los impuestos más altos son exactamente los mismos que están sufriendo más desempleo: California, Oregón y Rhode Island. El otro estado con altísimos niveles de paro es Michigan, donde poderosos sindicatos del sector automotriz han hecho imposible que General Motors y Chrysler puedan hacer los cambios necesarios para lograr competir exitosamente con marcas extranjeras, mientras que las ventas de Ford han caído a lo largo de 15 meses consecutivos.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), "la economía mundial está en medio de la más profunda y sincronizada recesión de nuestras vidas, una recesión causada por la crisis financiera mundial y agravada por el colapso del comercio internacional".
Los expertos calculan que el desempleo mundial aumentará en el año 2010, alcanzando un promedio del 10%, mientras que el exceso de capacidad industrial (instalaciones no utilizadas) será el doble del experimentado en la recesión de comienzos de los 80. Mientras tanto, las industrias reducen la producción para tratar de reducir stocks.
Los bancos centrales han bajado los intereses casi a cero para incentivar los créditos, pero los bancos comerciales están más bien en un proceso de recuperación y recapitalización, por lo que la mayoría de ellos no está aumentando su cartera de financiamiento.
No hay duda de que cuando el crédito era fácil y abundante muchas personas acumularon deudas exageradas en sus tarjetas de crédito y consiguieron segundas hipotecas sobre sus casas. Ahora, la reacción general va en la dirección opuesta: realizar solamente los gastos esenciales y tratar de reducir las deudas y los intereses que se pagan.
Todo esto parece indicar que la crisis será larga y dolorosa. Mientras todo el mundo siga asustado y tratando de ahorrar, seguirán cayendo las ventas y aumentando los niveles de desempleo. La situación es aún más complicada cuando tomamos en cuenta que mucha gente ha perdido un 30, un 40 y hasta un 50% de sus ahorros por la dramática caída de la bolsa de valores.
Es irresponsable que los políticos estén considerando aumentar los impuestos a quienes más ganan, porque son precisamente ellos quienes, con sus inversiones, aportan nuevos puestos de trabajo productivos, mientras que el excesivo número de empleados públicos y de regulaciones son pesadas y exageradas cargas para el resto de la sociedad.
© AIPE
CARLOS BALL, director de la agencia AIPE.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), "la economía mundial está en medio de la más profunda y sincronizada recesión de nuestras vidas, una recesión causada por la crisis financiera mundial y agravada por el colapso del comercio internacional".
Los expertos calculan que el desempleo mundial aumentará en el año 2010, alcanzando un promedio del 10%, mientras que el exceso de capacidad industrial (instalaciones no utilizadas) será el doble del experimentado en la recesión de comienzos de los 80. Mientras tanto, las industrias reducen la producción para tratar de reducir stocks.
Los bancos centrales han bajado los intereses casi a cero para incentivar los créditos, pero los bancos comerciales están más bien en un proceso de recuperación y recapitalización, por lo que la mayoría de ellos no está aumentando su cartera de financiamiento.
No hay duda de que cuando el crédito era fácil y abundante muchas personas acumularon deudas exageradas en sus tarjetas de crédito y consiguieron segundas hipotecas sobre sus casas. Ahora, la reacción general va en la dirección opuesta: realizar solamente los gastos esenciales y tratar de reducir las deudas y los intereses que se pagan.
Todo esto parece indicar que la crisis será larga y dolorosa. Mientras todo el mundo siga asustado y tratando de ahorrar, seguirán cayendo las ventas y aumentando los niveles de desempleo. La situación es aún más complicada cuando tomamos en cuenta que mucha gente ha perdido un 30, un 40 y hasta un 50% de sus ahorros por la dramática caída de la bolsa de valores.
Es irresponsable que los políticos estén considerando aumentar los impuestos a quienes más ganan, porque son precisamente ellos quienes, con sus inversiones, aportan nuevos puestos de trabajo productivos, mientras que el excesivo número de empleados públicos y de regulaciones son pesadas y exageradas cargas para el resto de la sociedad.
© AIPE
CARLOS BALL, director de la agencia AIPE.