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MUNDO ISLÁMICO

¿Qué es un musulmán moderado?

El radicalismo islámico sigue siendo un desafío para el mundo, no menos de lo que lo era hace cuatro años. Una de las cuestiones principales pasa por cómo pueden los no musulmanes, que normalmente saben poco del Islam, identificar con precisión a los musulmanes moderados. La moderación musulmana se define por actitudes y conductas, no por abstracciones o precedentes históricos, que, como todas las religiones, pueden ser interpretados para apoyar cualquier postura ideológica.

El radicalismo islámico sigue siendo un desafío para el mundo, no menos de lo que lo era hace cuatro años. Una de las cuestiones principales pasa por cómo pueden los no musulmanes, que normalmente saben poco del Islam, identificar con precisión a los musulmanes moderados. La moderación musulmana se define por actitudes y conductas, no por abstracciones o precedentes históricos, que, como todas las religiones, pueden ser interpretados para apoyar cualquier postura ideológica.
Observar y analizar a los musulmanes sunníes con tal criterio positivo y práctico es extremadamente fácil. Hay más de mil millones de sunníes en el mundo, y no todos son yihadistas o fundamentalistas, así que separarlos no debería ser difícil con un poco de esfuerzo. Identificar a los musulmanes chiíes moderados es más difícil, pero sí se puede decir algo de inmediato: aquellos que siguen al ayatolá Alí Sistani en Irak demuestran su moderación a diario, con su silencioso pero eficaz apoyo a la coalición de liberación liderada por Estados Unidos.
 
A los sunníes moderados se les puede reconocer en persona con el planteamiento de una simple pregunta: "¿Qué piensa del wahabismo, la secta estatal de Arabia Saudí?". Todos los musulmanes conocen el wahabismo, y saben que está encarnado por Al Qaeda. Si a un sunní se le pregunta por el wahabismo y responde que es una doctrina controvertida y radical que provoca muchos problemas a causa de su financiación con dinero saudí, probablemente sea un moderado. Pero denunciar a los saudíes no es suficiente; los radicales critican a la monarquía saudí porque aplican insuficientemente los principios wahabíes. La causa primordial del terror sunní es el wahabismo, no la monarquía.
 
Parece innecesario añadir que aquellos que intentan negar el vínculo entre wahabismo y Al Qaeda, o que culpan de la existencia de Al Qaeda a las maquinaciones americanas, no pueden ser considerados moderados. Si un sunní niega que existe el wahabismo diciendo: "Sólo hay Islam", o intenta encubrir el wahabismo con un término mejor, como "salafismo" –un intento fraudulento de equipararlo a los pioneros de la fe islámica–, ese individuo es un extremista. Bajo ninguna circunstancia declarará este radical su oposición al wahabismo per se. Puede hasta afirmar que el concepto fue inventado por occidentales como yo.
 
Stalin.Puede citarse un ejemplo paralelo en la historia del comunismo. Los estalinistas repudiarían la acusación de que eran comunistas calificándose de progresistas, liberales o socialistas. Negarían que el comunismo intentase algo malo contra Estados Unidos y retratarían a América como un agresor (algo que tienen en común islamistas y estalinistas), pero le mostrarían lealtad [al comunismo]. A menudo incluso polemizarían acerca de si verdaderamente existió el estalinismo. Y nunca denunciarán a Stalin, aunque el planeta entero sepa de las atrocidades del régimen soviético. Los islamistas radicales tampoco denunciarán el wahabismo.
 
Los musulmanes moderados también pueden ser identificados mediante lo que no hacen, contrastándolos con los radicales. Al principio de la lista está la práctica del takfir, declarar descreídos a otros musulmanes por mantener diferencias de opinión. También incluye el describir a los mayoritarios musulmanes tradicionales como caídos en la incredulidad.
 
El takfir se utiliza para justificar las matanzas de chiíes en Irak perpetradas por radicales sunníes. Subyace a la ideología de la secta saudí-wahabí, de la organización extremista sunní egipcia Hermandad Islámica y de los sanguinarios movimientos yihadistas sunníes de Pakistán. Asimismo, sirve para aglutinar a los movimientos extremistas musulmanes, mediante la ilusión de que pertenecen a una élite purificada. El Islam no es, y nunca fue, una religión fundamentalista o radical en su práctica común, indiferente por igual a las fantasías de fanáticos islamistas e islamófobos.
 
Los musulmanes moderados no practican el takfir. Los chiíes lo condenan, incluidos los chiíes radicales, así como los chiíes que luchan contra los sunníes que les persiguen por no practicar el takfir contra sus enemigos. Los enemigos de los terroristas wahabíes no les acusan de infieles, sino de criminales. Los musulmanes tradicionales evitan la acusación de infidelidad porque se lo aconsejó Mahoma. El Profeta nunca anticipó que los musulmanes fueran a caer en la incredulidad.
 
Los musulmanes moderados, sean chiíes o sunníes, tampoco se refieren a los seguidores de otras religiones, especialmente judíos y cristianos, zoroástricos, hindúes o budistas, como infieles. El Corán nunca califica judíos y cristianos de infieles, sino de Gentes del Libro, merecedores de respeto y protección. Los musulmanes moderados suscriben estrictamente esta visión.
 
El jordano Abú Musab al Zarqaui, uno de los más sanguinarios terroristas que operan en Irak.Los musulmanes moderados no emplean la retórica de la yihad, que incluye las tentativas por discernir al milímetro el significado de dicho término. Los musulmanes moderados buscan un lugar en el mundo contemporáneo para el Islam como fe, no conflictos en los que puedan jugar a ganar con las vidas de otros. El vocabulario de la yihad no hace nada por impulsar la causa del Islam: la obstaculiza.
 
Esto no significa que los musulmanes moderados no se defiendan cuando son atacados. Se defienden. Pero los musulmanes moderados están siendo atacados en Irak por radicales sunníes, de la misma manera que fueron asesinados por serbios en la antigua Yugoslavia o, en Chechenia, tanto por soldados rusos como por aventureros wahabíes. Los radicales sunníes iraquíes tienen más en común con las bandas fascistas de Milosevic que con los musulmanes moderados. Los intereses de los wahabíes del Cáucaso están más cerca de los de Putin que de los de los chechenos comunes, ya que ambos buscan un pretexto para la matanza. Y los radicales sunníes iraquíes y otros wahabíes, Putin el neoestalinista y los serbios, todos ellos son beneficiarios de la misma claque "antiguerra" de Estados Unidos.
 
Los musulmanes moderados no rechazan aliarse con los gobiernos no musulmanes. Según las interpretaciones actuales shafíes (una importante escuela de jurisprudencia islámica) de la sharia, no hay países donde se exija a los musulmanes no obedecer a los gobiernos locales, para la seguridad de sus propias comunidades. Los musulmanes moderados no proclaman lealtad en público a tales gobiernos mientras advierten en privado de que los gobiernos occidentales están por debajo de los decretos religiosos musulmanes. No inventan violaciones a los derechos civiles como medio político para luchar contra las autoridades occidentales. Los musulmanes moderados reconocen que los musulmanes tienen más derechos y oportunidades para avanzar en la mayor parte de los países occidentales que en tierras musulmanas.
 
Finalmente, los musulmanes moderados no son arabocéntricos, ni están atrapados en la retórica de Pakistán o de parte alguna del subcontinente indio. Reconocen que los estilos, idiomas y prácticas espirituales del Islam difieren considerablemente de Mali a Malasia y de Bosnia a Botswana. Y aceptan que tal diversidad también debería existir entre los musulmanes de Occidente; puede haber y habrá un Islam completamente americano en su cultura, igual que los bosnios y los indonesios reflejan en el suyo las costumbres y culturas de sus tierras.
 
¿Cómo tratan los musulmanes moderados con los radicales?
 
Los moderados admiten que existe un problema en el seno de la religión, no en los principios y tradiciones de la fe, sino entre los propios fieles. Reconocen que la ideología fundamentalista y el terrorismo amenazan el futuro del Islam y deben ser detenidos.
 
Tumultos organizados por seguidores de Ben Laden en Paquistán.Los moderados no limitan su lucha contra el fundamentalismo a declaraciones superficiales en las que se afirmando que el terrorismo es incompatible con la religión. En lugar de eso, identifican públicamente, denuncian y combaten a los radicales.
 
¿Es moderado el establishment islámico de Estados Unidos, el Council on American-Islamic Relations (CAIR), la Islamic Society of North America (ISNA), la Muslim Students Association of the U.S. and Canada (MSA)? No, no lo es. Ninguno de estos tres grupos ha criticado nunca a un musulmán radical en Estados Unidos, pero sí han atacado a moderados auténticos, intentando retratarlos como extremistas. Por dar unos cuantos ejemplos: las susodichas organizaciones, a las que he denominado "el lobby wahabí", acusaron al autor moderado Jalid Durán de no ser musulmán porque discrepa de una opinión que sostienen (el takfir); tacharon al jeque espiritual sufí Mohamed Hisham Kabbani de peligroso sectario porque advirtió a finales de los años 90 de que los extremistas islámicos de Rusia intentaban adquirir materiales nucleares; y me acusaron de "yihadismo" porque defendí a los albano-kosovares. En realidad, insistí en el reconocimiento de que los albaneses son de distintas religiones y en el de que la guerra de Kosovo era étnica, no religiosa.
 
En cambio, el lobby wahabí ha respaldado a todo radical acusado ante un tribunal americano, sufragando sus abogados e inventando justificaciones para sus violaciones de la ley.
 
Los musulmanes moderados no salen con fatwas falsas y otros numeritos con el objetivo de intentar despistar al público occidental. Ni se transforman súbitamente en sufíes para purgar su historial de declaraciones radicales. Los musulmanes moderados saben que los textos fundacionales, los comentarios y los trabajos legales, filosóficos y teosóficos de la religión son suficientes como valladar contra el fundamentalismo. Por eso el fundamentalismo de hoy es un fenómeno nuevo y radical, no tradicional o conservador. También saben que, para que una persona pueda ser considerada sufí, la base de su actividad religiosa tiene que ser un estudio espiritual auténtico, basado en tradiciones y precedentes significativos, no en una búsqueda de crédito inmediato.
 
Finalmente, algunos pueden buscar "reformar" el Islam, pero no se exige a los moderados que sean "reformistas". Muchos de los que hoy proclaman su deseo de "reformar" el Islam no son moderados en absoluto en sus prácticas o en su equipaje mental, algunos son simplemente buscadores de publicidad que piensan que hablando de "reforma islámica" lograrán acceder al público no musulmán. Otros son obsesos egomaníacos que consideran más importante discutir sobre un texto de 800 años de antigüedad que derrotar las conspiraciones terroristas. Pero Ibn abd al Wahab, fundador de la secta homónima hace 250 años, es proclamado reformista, y los wahabíes saudíes afirman haber reformado el Islam. El oportunismo y el sectarismo son siempre obstáculos gemelos para el éxito de los moderados, que buscan la mejora real de la sociedad y especialmente, hoy, de sus relaciones interreligiosas.
 
Los musulmanes moderados concentran su devoción en su religión, no en la política ni en las relaciones públicas, y siempre remarcan que el Profeta pidió a su umma que fuese una comunidad de moderación.
 
 
Stephen Schwartz, presidente y fundador del Centro por el Pluralismo Islámico (Washington), la más relevante institución con que cuenta el Islam moderado en el mundo.
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