Ideas

Me avergüenzo de mi profesión. En vez de informar de aquello que puede ser verdaderamente peligroso, los periodistas especializados en consumo nos dedicamos a dar la voz de alarma sobre productos, situaciones, etcétera, cuya peligrosidad es más que dudosa.

La lucha por el control Endesa ha puesto de nuevo en escena a los fantasmas familiares de la vida española. Aquélla fue una compañía estatal que nació en el seno del Instituto Nacional de Industria y acabó siendo privatizada por el primer Gobierno de José María Aznar. Parecía éste un paso más hacia la liberalización del sector energético español. ¡Falsas esperanzas!

"Polanco es un empresario que tiene derecho a decir lo que le sale de las narices", me informaron por teléfono. Me puse tan nervioso que no recuerdo lo que respondí, seguro que nada interesante; pero ahora, bien tranquilo, escribo: "Claro que tiene ese derecho, pero yo también tengo el de opinar y escribir que lo que le sale de las narices es pura mierda".

La pobreza extrema, tan fácil de ver en nuestra América, resulta para cualquier espíritu sensible un espectáculo perturbador. ¿Quién puede permanecer indiferente cuando ve niños desnutridos en ranchos que apenas si se sostienen, que no tienen los servicios sanitarios básicos y están inundados por la basura, y percibe al poco rato los artículos de lujo que se venden en los mejores centros comerciales de alguna gran ciudad?

Estas dos instituciones, concebidas en la conferencia de Bretton Woods (1944), afrontan hoy día graves problemas. Al Fondo Monetario Internacional se le asignó como principal responsabilidad asegurar la estabilidad del sistema monetario y financiero internacional, así como manejar el sistema de cambios fijos, basado en el oro, establecido en aquel entonces y derogado en 1973. Por lo que hace al BM, es una agrupación de cinco organismos internacionales que tiene por misión aportar consejos y dinero a la empresa de acabar con la pobreza en el mundo.