Ideas

Corría un día 31 de enero cuando un monje agustino llamado Martín Lutero clavó un escrito con noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia de la universidad de Wittenberg. Históricamente, se menciona este episodio como el primer paso de la Reforma protestante y del desgarro que experimentaría la cristiandad occidental durante el siglo XVI pero, ¿verdaderamente eran anticatólicas las noventa y cinco tesis de Lutero?

No me da la realísima gana de hablar de política, estoy harto, hasta la coronilla, asqueado y depre. Tampoco me hablen ustedes de política, no puedo más, basta. No sé si esta resaca me va a durar una semana o un año, pero éste es mi estado de desánimo actual.

Según me informa la periodista Cristina Losada, recientemente se ha cambiado en Vigo el nombre de una calle para rebautizarla "de la II República", régimen proclamado, asegura una placa, por voluntad popular. Asistieron al acto los intelectuales enredas de siempre, el concejal de cultura y el alcalde, quien ponderó en especial eso de la "voluntad popular". Pero es mentira.

Convendrán conmigo en que es difícil encontrar un hombre de peor reputación que Henry Kissinger. Investiguen cualquier malvada conspiración y lo encontrarán a la cabeza. Para la izquierda, es un tipo peligroso, pero también lo es para la derecha...

Es evidente que las editoriales españolas están dispuestas a que dejemos de leer, agobiándonos con el peso de su copiosa producción y sirviéndonos, sin ton ni son, títulos que sólo salen de nuestra mesa de trabajo para quedarse atascados en nuestra mesilla de noche.

"En la oscuridad" es la última novela policiaca de Ian Rankin, joven autor escocés que ya ha publicado once títulos. El inspector Rebus, protagonista de sus obras, es un personaje popular entre los seguidores de Rankin, sobre todo tras convertirse en protagonista de producciones para la televisión.

A la gente le gusta que el Gobierno le provea de muchas cosas, lo cual hace que el Estado aumente su alcance y su tamaño, pero la mayoría no sueña con una economía planificada ni con un sistema totalitario que supuestamente nos conduciría a todos a una felicidad utópica. El problema es que aquellos que creen en ese orden suelen trabajar en las universidades. ¿Por qué?

Con razón se ha dicho que quien escribe o produce largometrajes sobre el futuro da en la tecla con mucha mayor justeza que las pomposas comisiones gubernamentales que se reúnen con la idea de pronosticar lo que ocurrirá.

Tuve el privilegio de conocer a Antony Fisher en Queens’ College, Cambridge, en 1984, durante la conferencia de la Sociedad Mont Pelerin que celebraba el 40° aniversario de la publicación de "El camino de servidumbre", dedicado por su autor –y fundador de la Mont Pelerin– Friedrich Hayek a los socialistas de todos los partidos.

Una de las preguntas que más suelen hacerme los amigos se refiere a esas botellas de una añada considerada excelente que guardan en casa poco menos que como oro en paño, reservándolas para una ocasión muy especial.