DE LA DESTRUCCIÓN A LA DEIFICACIÓN DEL ESTADO
La religión socialista
El socialismo es, en última instancia, una religión, cuyo dogma central: la igualdad, es antinatural porque los seres humanos son todos diferentes. La sociedad sin clases es su utopía, que –decían– se podía alcanzar usando la fuerza proletaria para apoderarse del Estado explotador –según el profeta Marx–, que sólo desaparecerá cuando el capitalismo concluya. Esto se lograba antes con violentas revoluciones, como las de los millones de muertos del siglo pasado, que concluían en la abolición de la propiedad.