LA CONSOLIDACIÓN DEL PRIÍSMO
Ya tienen Estatuto
La verdad es que me había propuesto no escribir sobre el nuevo Estatuto de Cataluña. Me parecía todo demasiado obvio: que no se iba a llegar al 50% de participación, que el texto, tosco, contradictorio, inconstitucional en gran medida –a pesar de la anchísima manga de la Constitución de 1978–, soberanista e intervencionista, iba a ser aprobado por el 30% del electorado o poco más. Y, por supuesto, que la clase política catalana iba a dar por bueno lo que no lo era, iba a atribuir legitimidad a su Frankenstein político aun cuando careciera de ella a ojos vista y el célebre 90% de apoyo del Parlamento catalán se hubiera reducido a un tercio en su traslado a las urnas.