
EL SILENCIO CULPABLE
El partido por encima de la nación
A veces, el silencio mata. Cuando uno no puede decir lo que necesita decir se le parte el corazón. Le pasó a Joaquín Leguina: su deseo de votar en contra de la admisión a trámite del Estatuto de Cataluña, deseo de imposible realización si se atenía a la disciplina de partido, le llevó al hospital. Tengo para mí que el infarto de Rodríguez Ibarra tuvo mucho en común con el del ex presidente de la Comunidad de Madrid. Al fin y al cabo, los dos se han pasado años despotricando contra los nacionalismos, y no iba a ser ahora cuando dejaran de hacerlo.