DESDE GEORGETOWN
El maleficio
Durante algunos años, algunos mantuvimos que España era un país normal. Entendíamos por normalidad la capacidad para enfrentarse racionalmente a un problema por parte de los españoles. El postulado requería dos premisas. La primera, raciocinio. La segunda, un consenso mínimo, compartido por una mayoría suficientemente amplia, acerca de las prioridades de la política nacional y el conjunto de valores que las definen.