CRÓNICAS COSMOPOLITAS
Integridad octogenaria
Los asilos ya no son lo que fueron. Hoy los hay muy modernos, donde cuidan con esmero a ancianos criminales, locos de remate (nunca se utilizan estos términos), generales sin estrellas, ni victorias, autores fracasados, políticos sin montura, y caballos sin jinetes, por ejemplo. Se cuida de su alimentación, de su sueño y de otras necesidades, se vigilan sus lecturas, se limitan sus esfuerzos, pero se les deja jugar con lápices de colores, con bolígrafos y hasta en algunos casos se les permite el uso del ordenador, pero no se les admite en la Real Academia de la Lengua. Por ahora.