DIGRESIONES HISTÓRICAS
Verano del 34: La gran huelga campesina (II)
Una vez neutralizado Besteiro, el PSOE pudo poner en marcha, a principios del 34, la maquinaria y los preparativos insurreccionales. Las instrucciones secretas de la insurrección declaraban con plena concreción que se trataba de una guerra civil, y no de un simple golpe de fuerza más o menos cruento. Por lo demás, no era sólo una instrucción secreta, porque la propaganda del partido hablaba abiertamente de la necesidad de ir con paso firme a la guerra civil, que abriría el camino a la dictadura del proletariado, es decir, del PSOE. No es de extrañar que la derecha se sintiera alarmada.