CRÓNICAS COSMOPOLITAS
Chubascos de primavera
Carlos Semprún Maura
No entiendo cómo se puede aprobar la Ley de Memoria Histórica sin condenar al Rey. Esa ley condena sin matices ni reservas el Franquismo, con mayúsculas –o la Dictadura, como prefieren decir algunos–, para exaltar, sin matices ni reservas, la leyenda embustera del heroísmo de la izquierda, dejando fuera del pleito, del patio y del juicio a Don Juan Carlos, que es el más franquista de todos los españoles. Porque fue Franco, y sólo él, quien decidió designar al entonces Príncipe su heredero.