En marzo de 2002 el Observer de Londres publicaba la siguiente noticia: "Un informe inédito demuestra que algunos pacientes están teniendo que esperar más de ocho meses para recibir tratamiento; en dicho tiempo, muchos de los cánceres que padecen se convierten en incurables". Y esta otra: "De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud que verá la luz próximamente, cada año mueren 10.000 británicos por cánceres que podrían haber sido combatidos. Se trata de una cifra tres veces superior a la de fallecidos en accidentes de tráfico".
Sigamos con el Observer (16-12-2001): "Un estudio académico reciente demuestra que las listas de espera en el Servicio Nacional de Salud para recibir tratamiento contra el cáncer de colon son de tal calibre que, en uno de cada cinco casos, un cáncer que era curable en el momento del diagnóstico se había convertido en incurable una vez llegado el momento del tratamiento".
Las cosas no marchan mejor en el sistema canadiense. El Fraser Institute tiene una publicación anual que se titula, significativamente, Waiting your turn (Espere su turno). En la edición de 2006 se da cuenta del tiempo que transcurre entre la visita al médico de cabecera y la visita al especialista: para lo que menos se tarda es para ver al oncólogo (4,9 semanas); para lo que más, para ver al cirujano ortopédico (40,3 semanas). El tiempo de espera para ver al cirujano plástico es de 35,4 semanas; para ver al neurocirujano, de 31,7.
Los canadienses tienen que soportar largas esperas para, por ejemplo, someterse a una tomografía computerizada, a una resonancia magnética o a una ecografía. El tiempo medio de espera para una tomografía es de 4,3 semanas, pero los residentes en la Isla del Príncipe Eduardo han de esperar más del doble: 9 semanas. Para someterse a una resonancia hay que esperar 10,3 semanas, que se convierten en 28 para los habitantes de Newfoundland. Para una ecografía hay que esperar 3,8 semanas, siempre y cuando no vivas en Manitoba o la Isla del Príncipe Eduardo: entonces te tocará esperar 8.
A pesar de las demoras reseñadas, la legislación federal no permite a las clínicas privadas ofrecer aquellos servicios contemplados en la Ley Canadiense de Salud. Con todo, quienes estén dispuestos a violar la legalidad pueden acudir a las pocas clínicas clandestinas que los ofertan.
De acuerdo con la Ley 82, en la Columbia Británica los médicos que acepten cobrar por prestar servicios de cirugía pueden ser castigados con multas de hasta 20.000 dólares.
"La falta de médicos y enfermeras puede poner en peligro la reforma del Medicare", informaba el Canada News en marzo de 2003. Desde los años 90, cerca de 10.000 médicos han abandonado el país.
"Los hospitales de EEUU esgrimen el drama de las listas de espera para atraerse clientes canadienses", podía leerse en febrero de 2000 en el Canadian Medical Association Journal. "Hartos de soportar listas de espera para someterse a tratamiento o pasar unas pruebas, los enfermos de la Columbia Británica están empezando a ser cortejados por un hospital del estado de Washington (...) Un segundo hospital estadounidense está considerando ofrecer sus servicios a los canadienses".
Para calibrar el atractivo que suscita la sanidad estadounidense en Canadá, téngase en cuenta que los canadienses han de esperar entre 10 y 28 semanas para someterse a una resonancia, mientras que en el Olympic Memorial Hospital (estado de Washington) no hay que esperar más de dos días. Por otra parte, Cleveland se ha convertido en lugar destacado de peregrinación para los canadienses que necesitan operarse la cadera.
Hay políticos que abogan por que tomemos como modelo el sistema que rige en Canadá y el Reino Unido. Bien: apueste lo que quiera a que, si alguna vez nos dotáramos de un sistema semejante, ellos harían todo lo posible por que sólo lo sufriéramos nosotros. Ellos se lo perdonarían.
Nuestros problemas sanitarios tienen remedio. Pero éste no pasa por exigir una mayor injerencia del Estado en la sanidad, sino por que quite de en medio. Reto a cualquiera a que identifique un problema en nuestro sistema sanitario que no hayan provocado o agravado las Administraciones Públicas (Gobierno federal, estatal y municipal). Igualmente, reto a cualquiera a que me demuestre que en las calles de EEUU hay gente moribunda porque no dispone de seguro médico.