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MUNDO CIENTíFICO

Medicamentos contra el colesterol y sus precauciones

Esta semana se ha dado a conocer la muerte de cuatro pacientes en varias provincias españolas que estaban en tratamiento con un fármaco para reducir los niveles de colesterol. Si embargo, según las estadísticas farmacológicas, al tratarse de enfermos de una edad avanzada y con otras patologías importantes asociadas, igual que los 18 muertos registrados a nivel mundial, parece ser la causa fundamental de su muerte.

Estos pacientes estaban tomando la cerivastatina, presente en los fármacos "Lipobay", "Liposterol", "Vaslip" y "Zenas Micro". Este medicamento se comercializa desde hace aproximadamente tres años y más de seis millones de pacientes se han beneficiado de sus propiedades en casi todos los países del mundo, incluidos Estados Unidos, Europa y Japón. El presidente del Insalud, Rubén Moreno, asegura que el producto se autorizó en España una vez que lo hubo aprobado la Agencia Inglesa del Medicamento en 1998, por lo que casi 200.000 españoles son tratados con este fármaco.

Las reacciones adversas graves que han afectado a 56 pacientes más son perfectamente prevenibles utilizando adecuadamente este fármaco. Las estatinas —grupo al que pertenece la cerivastatina— inhiben la enzima que favorece la formación del colesterol. Según los farmacéuticos, las estatinas son más eficaces que otros fármacos en la disminución del LDL —colesterol malo— y de los triglicéridos y suelen aumentar el colesterol bueno o HDL. La literatura especializada considera que a pesar de que las estatinas suelen tolerarse mejor que otros fármacos anticolesterol, se han producido alteraciones gastrointestinales leves transitorias, dolores musculares, erupciones en la piel, y algunos pacientes han presentado ansiedad e irritabilidad. Entre el 1 y el 2 % de los enfermos que reciben dosis altas de estos fármacos se aprecia un aumento de las aminotransferasas en la sangre —enzimas que, cuando pasan a la circulación, indican que hay algún daño en el hígado—. Los expertos aseguran que con una inadecuada utilización de la cerivastatina se puede producir rabdomiólisis una patología que se caracteriza por la destrucción muscular masiva que provoca que pase a la sangre la mioglobina —proteína que se halla principalmente en el músculo— y al no poder ser depurada en los riñones desencadena una insuficiencia renal y puede producir desenlaces fatales como las cuatro muertes ocurridas esta semana.

Según los expertos el riesgo de padecer alguna de estas patologías aumenta en los pacientes con disfunción hepática, insuficiencia renal, infecciones graves o edad avanzada y en los tratados simultáneamente con gemfibrozilo —otro medicamento anticolesterol—, con los antibióticos eritromicina y ciclosporina, o con antimicóticos como el itraconazol. El gemfibrozilo por su parte, reduce el colesterol malo y puede aumentar el colesterol bueno y también es muy eficaz en la disminución de los triglicéridos. Sin embargo, su asociación con las estatinas aumenta el riesgo de rabdomiólisis. A raíz de este problema se ha modificado la ficha técnica de la cerivastatina, de manera que lo que antes era una recomendación de no asociación con gemfibrozilo se ha cambiado por prohibir el consumo de ambos fármacos a la vez.

Todo medicamento tiene unas recomendaciones que si no se cumplen pueden dar lugar a múltiples problemas de salud. Así, las sociedades españolas de Medicina Interna y de Arteriosclerosis, junto a la empresa farmacéutica Bayer, han destacado la seguridad de la cerivastatina si su utilización es la adecuada, mientras el catedrático de Educación para la Salud de la Universidad Complutense de Madrid, Jesús Sánchez Martos, achacó a una utilización inadecuada de este medicamento los cuatro fallecidos.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Federico Vallés, sostiene como muy importante que los especialistas realicen controles de la función renal y hepática a quienes sufren hipercolesterolemia y tienen medicación con alguna estatina, incluida la cerivastatina, para evitar complicaciones de mala asimilación orgánica de estos fármacos. Los médicos consideran que la mayoría de los pacientes se pueden recuperar de los síntomas de una mala administración de los medicamentos anticolesterol ya que si el efecto adverso se detecta pronto y el enfermo no tiene complicaciones por su edad o patologías adicionales graves suele recuperarse en cuanto se suspende la medicación.

La decisión para iniciar y continuar el tratamiento farmacológico en los pacientes con colesterol elevado debe considerar la edad y el sexo, la presencia o ausencia de factores de riesgo como tabaquismo, diabetes, hipertensión arterial y la historia familiar de alguna enfermedad cardiovascular. Un cambio hacia una dieta más sana, baja en grasas, disminuir la ingesta de alcohol y realizar ejercicios físicos con frecuencia, son desde siempre formas sanas de prevenir el aumento del colesterol.
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