La bibliografía es tan amplia y de lectura tan amena que les sugiero que huyan de los epígonos y se dispongan a gozar intelectualmente leyendo a los clásicos. Mi aspiración es otra; presentarles un manifiesto plástico "hiperrealista": una nómina. De su estudio concluiremos quién, con su voracidad, es enemigo de la humanidad y quién es el que se apropia de la plusvalía de los trabajadores.
Veamos la nómina de José García García, empleado de comercio (actividad de riesgo laboral mínimo y, por tanto, con cuota por accidentes mínima), casado y con dos hijos. José tiene, pactados con su empleador, unos ingresos brutos anuales de 24.000 euros, equivalentes a 4 millones de pesetas. Sin embargo, el coste para la empresa es muy superior.
En efecto, dado que todavía se mantiene la ficción franquista de que la Seguridad Social la pagan entre el empleador y el empleado, se oculta los costes reales que supone para el primero pactar con el segundo. Y el coste real no aparece en las nóminas para ocultar la sangría a que le somete el Estado. Pero, con la aritmética que se estudiaba en el antiguo ingreso de Bachillerato, se puede calcular fácilmente.
Una porción, la mayor, de los costes de la Seguridad Social los paga el empleador (equivalente al 31,59% de los ingresos brutos del empleado) y otra, en este caso menor (el 6,35%), corre al cargo del trabajador. Obviamente, para el cálculo del coste del puesto de trabajo, ambas cuotas son agregadas. Posteriormente, las dos son ingresadas por el empleador simultáneamente; eso sí, con impresos distintos.
Tenemos, así:
Ingresos Brutos | 24.000,00 € | 4.000.000,00 ptas. |
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Coste total para la empresa | 33.108,00 € | 5.508.707.69 ptas. |
Cuotas a la seguridad Social (*) | 9.108.00 € | 1.515.442,69 ptas. |
Retenciones a cuenta 16% | 3.840,00 € | 638.922,24 ptas. |
Ingreso neto para el empleado | 20.160,00 € | 3.354.341,76 ptas. |
Pero la voracidad del Estado todavía no se acaba. Suponiendo que estemos hablando de un ciudadano angelical, que no bebe, ni fuma ni utiliza combustible para el automóvil propio, en cada compra de bienes o servicios el Estado le exigirá el 16% en concepto de IVA. En este caso:
16% sobre 20.160,00 € | 3.386,00 € | 536.994,70 ptas. |
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De esta forma concluiremos que este honrado padre de familia con dos retoños, en pago a su esfuerzo, que el mercado valora en 33.108 euros, dispone de 16.774 euros (2.817.447,10 pesetas) para adquirir bienes y servicios. Simultáneamente, el Estado le expropia para, las más de las veces, convertir en humo la poco desdeñable cantidad de 16.334 euros (2.717.748,92 pesetas). Cuando el trabajador va a cobrar, al no aparecer los costes de la Seguridad Social a cargo del empleador, no se da cuenta de que la mitad de lo que vale su trabajo es para un "hijo tonto" cuya paternidad desconocía.
¿Cuál es la razón por la que se sigue manteniendo la ficción de la separación entre las cuotas que pagar a la Seguridad Social por la empresa y el empleado? ¿Si cuando decido contratar a alguien le imputo los importes que satisfacer por ambas, qué interés tiene desglosarlas?
Mucho me temo que existe una doble finalidad: de enmascaramiento de la insaciable voracidad del Estado y de actuar de adormidera de cara al empleado. Así, el trabajador nunca sabrá lo que vale su trabajo ni lo que se apropia el Estado, y en consecuencia no pedirá cuentas ni se planteará que otro modelo de Seguridad Social es posible.
NOTA
(*) El desglose de las cuotas sobre los ingresos brutos que pagar a la Seguridad Social es el siguiente:
Cuota a cargo del empleador
– Contingencias comunes: 23,60 %
– Fondo de Desempleo: 6,00 %
– Formación profesional: 0,60 %
– Fondo de Garantía: 0,40 %
– Accidentes de trabajo: 0,99 %
– SUBTOTAL: 31.59 %
Cuota a cargo del empleado
– Contingencias comunes: 4.70 %
– Fondo de Desempleo: 1,55 %
– Formación Profesional: 0,10 %
– SUBTOTAL: 6,35 %